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El Diario
Once personas –la mayoría integrantes de un equipo de beisbol– fueron acribilladas anoche en el poblado de Loma Blanca, cuando celebraban un triunfo deportivo. Únicamente una de las víctimas logró sobrevivir.
Alrededor de las 20:00 horas un grupo armado que se identificó como parte de “La Línea” irrumpió en una casa ubicada a la altura del kilómetro 21 de la carretera Juárez-Porvenir, sobre la calle Raymundo Herrera frente a la termoeléctrica.
Utilizando armas largas al parecer “cuernos de chivo”, los pistoleros acribillaron a seis hombres, dos mujeres y una niña identificada extraoficialmente como Perla Mancha, de siete años, hija de Martín Mancha, de 50 años y quien también murió en el lugar.
Los cadáveres quedaron tirados en el patio de tierra cerca de una mesa de plástico, donde las víctimas habían colocado el trofeo ganado y que por la tarde presumieron en el poblado mientras paseaban en la caja de una troca, y junto a un asador así como una caja de caguamas.
Los cuerpos estaban destrozados y algunos vestían uniformes de béisbol. Junto a ellos, los peritos estatales señalaron al menos 33 elementos balísticos.
“Eran jóvenes de 18 y 19 años, jugadores de beis, no se dedicaban a nada malo. Habían jugado en la mañana, estaban cenando”, dijo una vecina aún sorprendida por el estallido de los disparos.
“Los cuerpos están destrozados, les dieron con cuerno. Yo conté seis hombres, dos mujeres y una niña muertos. Hay un montón de balas tiradas, pero como es pura tierra cuando uno camina se hunden”, señaló un elemento policiaco.
Esta información fue confirmada más tarde al conocerse que otra mujer murió camino al hospital y sólo un menor de edad logró salvar su vida.
Esa víctima alcanzo a decir a los policías que habían sido baleados por un grupo armado que se identificó como de “La Línea” y quienes aseguraron que habían regresado a operar en esa zona.
“Uno de los muertos es mi sobrino, se llama Richy, tiene como 18. Él estaba celebrando con sus amigos un triunfo del béisbol y mire cómo acabó. Yo quiero entrar a verlo, pero no me dejan dicen que porque estoy borracho”, indicó con tristeza un hombre que presentaba aliento alcohólico y quien eran mantenido del otro lado del cordón amartillo junto a decenas de automovilistas que se quedaron varados en la carretera al cerrarse la vía al paso de los vehículos.
Agentes ministeriales de todos los grupos, elementos de la Policía Municipal, estatal preventiva, militares y peritos coparon la zona.
La escena del crimen fue bloqueada a unas dos cuadras para permitir a los especialistas trabajar en el levantamiento de los cuerpos y las evidencias.
Durante los trabajos, los vecinos permanecieron afuera de sus casas viendo la movilización policiaca y escuchando el llanto de los familiares a quienes se les permitió acercarse un poco más. (Staff/El Diario)