Mariana Fernández
El Diario
En la casa de Rosa no hay sillones en dónde descansar ni una cocina para preparar alimentos. Soltera y con un embarazo de ocho meses, la madre de un niño de un año y otra de dos, hace apenas una comida al día. Arroz o sopa es lo más común, pero no siempre cuenta con suficiente dinero por lo que cede su ración a sus hijos.
El caso de Rosa como madre soltera es apenas uno entre miles en esta frontera, que no tienen empleo o deben sobrevivir con trabajos mal remunerados, o bien, que no consiguen una fuente laboral por causa de su edad.
En esas condiciones se encuentra Zoila, de 49 años, quien se dedica a vender ropa usada y artículos por catálogo para obtener ingresos.
“No siempre me va bien, hace poco no tenía ni para las tortillas, me partió el corazón ver a mi hijo llorar”, dijo.
Siendo madre soltera, trabajó como operadora de producción en distintas empresas maquiladoras, pero últimamente se le ha dificultado conseguir un empleo formal.
“No he conseguido trabajo con un sueldo fijo, he metido las solicitudes pero no me hablan, yo creo que es por mi edad”, expresó Zoila.
Catalina Castillo, directora de la Organización Popular Independiente (OPI), en la ciudad, afirma que hay alrededor de 90 mil niños menores de 5 años que son hijos de madres solteras.
Datos del Instituto Chihuahuense de la Mujer (Ichmujer) muestran que de 444 mujeres que fueron atendidas en el periodo enero-agosto de este año, más de la tercera parte son madres solteras.
Las estadísticas que maneja Casa Amiga Centro de Crisis, A.C., indican que del total de madres solteras que recurren a sus servicios por vivir algún tipo de violencia intrafamiliar, el 70 por ciento se halla en situación de pobreza.
“Las mujeres que se encuentran en este 70 por ciento no tienen ingresos fijos, se dedican a los trabajos domésticos, al comercio informal y a la venta de artículos de segunda mano”, explicó Irma Casas, directora de Casa Amiga.
Casas puntualizó que las razones principales por las que las madres tienen que salir a trabajar son la infidelidad y la falta de responsabilidad por parte de la pareja, cuando la tienen.
Diana Muñoz Montes, de 36 años, es promotora en un negocio de venta de materiales de construcción, y madre soltera de tres hijas menores de edad.
“Cuando yo estaba buscando trabajo lo que me decían es que no me podían contratar debido a mi edad y a que era madre de familia”, recordó Diana.
Hace seis meses consiguió ese empleo como promotora, sin embargo, “con lo que gano no puedo solventar todas las necesidades ya que tengo a mis tres hijas y conforme van creciendo van requiriendo de más cosas”, expresó.
La directora de Casa Amiga comentó que muchas mujeres que se encuentran en la situación de ser madres solteras batallan para conseguir un empleo debido a que no tienen acceso a una guardería para dejar a sus hijos.
Otro aspecto que desfavorece a las mujeres bajo esa condición, es que la mayoría de ellas no cuentan con el nivel educativo suficiente.
Estudios realizados por el Ichmujer indican que sólo el 8.7 por ciento de las mujeres que se atienden en la institución ha estudiado hasta el nivel de bachillerato.
Una de cada cinco de las mujeres atendidas ha presentado violencia económica, que consiste en que el padre se abstiene de dar pensión alimenticia a la ex mujer, o bien que impida que la mujer trabaje para obtener un ingreso.
Las mujeres que acuden a Casa Amiga presentan un nivel educativo similar. “El máximo nivel de estudios que presentan es de secundaria iniciada, por lo que también es un factor importante la falta de estudios para el desempleo”, explicó Irma Casas.
Abren espacios
No obstante lo anterior, César Tapia Cervantes, director de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de la Zona Norte, explicó que ha aumentado en 10 por ciento el empleo para madres solteras mayores de 40 años.
“Algunas empresas han aceptado incluso mujeres de 60 años, en donde podríamos encontrarlas laborando en puestos como operadoras de producción y en tiendas de conveniencia”, comentó.
El papá de los hijos de Rosa le da pensión alimenticia, generalmente 280 pesos por semana, sin embargo, esa cantidad no cubre las necesidades básicas de sus dos hijos, y menos ahora que espera al tercero.
“El dinero que me da él –refiriéndose al padre– no me alcanza para todo, sólo para los pañales y la leche, lo que me sobra lo gasto en sopas o arroz”, dijo.
Rosa, de 30 años, no ha podido conseguir un empleo debido a que no tiene el dinero suficiente para tramitar la papelería requerida por las empresas ni un lugar en donde dejar a sus hijos.
“Estuve trabajando cuatro meses en una maquiladora como operadora de producción pero tuve que dejar de ir porque la persona que me cuidaba a mis hijos ya no iba a poder apoyarme”, comentó Rosa.
Zoila, originaria de Gómez Palacio, llegó a esta frontera a los 21 años y seis años después se embarazó de su único hijo.
“En cuanto me liquidaron de mi último trabajo puse un negocio para vender dulces y golosinas pero al año lo quité”, comentó.
Expresó que se encuentra preocupada debido a que los pagos de su casa no se ven reflejados en la cuenta, por el contrario, van en aumento.
“Tuve un convenio y resulta que me afectó mucho porque ahora debo más, me explicaron que este tiempo que he estado pagando sólo han sido los puros intereses”, dijo.
Sin embargo, Zoila pretende seguir buscando un trabajo estable que le brinde las prestaciones a que por ley tiene derecho.
“A mí me gustaría conseguir trabajo para terminar de pagar mi casa y ver que mi hijo sea alguien en la vida”, expresó.
Para las hijas de Diana, el efecto que causó en ellas el hecho de que su padre las haya abandonado fue la depresión.
“Ellas solitas se dieron cuenta con el paso del tiempo de que su papá ya no estaba con nosotros”, dijo Diana.
La directora de Casa Amiga explicó que de 10 mujeres que se encuentran en esta situación nueve presentan severos casos de ansiedad o depresión.
Catalina Castillo, directora de la OPI, comentó que el 66 por ciento de las usuarias de la guardería de esta organización, son madres solteras.
Mencionó que uno de los fenómenos que se han presentado con las madres solteras es que la industria maquiladora realiza contrataciones temporales y una vez que éstas terminan, los niños no pueden acceder a las guarderías por la falta de seguridad social.
Además, comentó que el estrés y la mala alimentación pueden ocasionar enfermedades como diabetes a las madres solteras.
Y respecto a sus hijos, “los niños presentan desnutrición muy fuerte por la falta de alimento. Otra de las características que presentan es que hay una tendencia a mostrarse a la defensiva y presentan un mayor grado de sensibilidad”.
De allí que Castillo argumentó que el Gobierno municipal debería invertir más en programas específicos para madres solteras así como alimentación para sus hijos, porque de no ser así aumentará el nivel delictivo en la ciudad.
“Creo que el gobierno también debe construir más centros de cuidado infantil además de que se les brinde un buen alimento, porque esas son las mayores preocupaciones que puede tener una madre al salir a trabajar”, dijo. (Mariana Fernández/El Diario)
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