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Empuja talento local evolución automotriz

Martín Coronado
El Diario

2013-04-14

Gracias a ingenieros juarenses formados en escuelas de esta ciudad, el Centro Técnico de Delphi tiene 308 patentes de inventos desarrollados aquí, y que contribuyen a la evolución automotriz, y al diseño de los vehículos del futuro.
Delphi, uno de los proveedores de autopartes más grandes del mundo, se ha concentrado cada vez más en el desarrollo de tecnología automotriz, y se ha convertido en una pieza importante en la evolución de los vehículos.
El auto del futuro, indica Xóchitl Díaz, gerente de Asuntos Corporativos de Delphi en México, con sede en el Centro Técnico que la empresa tiene en esta ciudad, será más verde, conectado y seguro.
Para ajustarse a estas nuevas megatendencias, explica Díaz, los vehículos necesitan nuevas tecnologías.
A eso se dedica Delphi, que desde 1995 tiene un centro técnico en Juárez –un edificio de 4 pisos y del tamaño de una manzana entera, lleno de oficinas y laboratorios especializados– en donde se han desarrollado cerca de 308 invenciones registradas en patentes, sin contar otras formas legales de proteger invenciones como premios de mérito y secretos industriales.
Díaz indica que con la expansión de la maquiladora, las universidades de Juárez empezaron a crear ingenieros que una vez colocados en el lugar correcto, han provocado grandes cambios en la industria automotriz global.

La historia no termina en el invento, pues también gracias a manos de juarenses, la firma manufactura aquí 14 líneas de producto, algunos de punta tecnológica, que hacen posible que los autos del futuro se conviertan en lo que se necesita: más ecológicos, más conectados y más seguros.
El proceso de invención puede iniciar de dos formas: una idea de mejora y un cambio necesario requerido por un cliente que enfrenta un problema.
Para mostrar el proceso Delphi contó cómo se desarrolló la familia de productos de Actuadores Remotos Inteligentes (SRA), una pieza —diseñada y manufacturada totalmente por juarenses— que sirve en los sistemas turbo de maquinaria pesada en todo el mundo, y que también se utiliza en una camioneta Dodge RAM 2600 para uso pesado.
Víctor Gómez Varela, ingeniero de Desarrollo de Producto del Centro Técnico de Delphi en Juárez, indica que el SRA —una caja metálica con engranes, una tablilla electrónica y varias conexiones con un eje que modula la cantidad de aire que entra en el sistema turbo de la maquinaria— está en vehículos de uso pesado por todo el mundo.
Se utiliza principalmente en dompes de aplicación minera que miden unos 8 metros de altura y su fin es hacer a estos vehículos más ligeros y más eficientes en combustible, de manera que se vuelven menos contaminantes y cumplen con la normatividad de cualquier país.
El proceso de creación del SRA inició precisamente con la necesidad de una pieza que diera al turbo cargador más exactitud y controlara con mayor precisión el calor y la cantidad de gases que entran al motor de combustión interna.
El equipo de Gómez Varela hizo entonces un bosquejo, una idea en papel que poco a poco fueron puliendo hasta convertirla en un modelo digital.
Una vez digitalizada, la pieza corrió exámenes virtuales en computadora, realizadas por otro grupo de ingenieros de pruebas. Cuando los análisis en la computadora terminaron y se determinó que el producto físico no tendría fallas, se mandó hacer un prototipo.
Una vez que los ingenieros tienen un prototipo físico, otro departamento somete el nuevo producto a pruebas en el laboratorio.
Este grupo de especialistas se encarga de diseñar todo tipo de máquinas que sirven para simular las condiciones climáticas, físicas y hasta electrónicas que el producto enfrentará en la vida real.
En el caso del SRA, cada que hay un producto nuevo, se le somete a cambios bruscos de temperatura que van desde las congelantes hasta los 140 grados centígrados, así como a pruebas de corrosión como baños de sal y ráfagas de arena, entre otras, que determinan si el aparato seguirá funcionando bajo las condiciones extremas.
En caso de fallas en cualquier fase del desarrollo, el producto se regresa a diseño para corregirlo.

A manufactura

Durante el proceso de diseño, el producto se negocia con el cliente y se vende de tal manera, que al terminar el modelo se pasa a manufactura.
Aquí empieza otra fase que no podría existir sin el ingenio de los juarenses.
Un equipo de ingeniería de manufactura se encarga de diseñar la forma en la que se fabricará el producto.
Luis Alonso de Luna Salas, gerente de producción de Delphi Sistemas Eléctricos y Conmutadores, una planta que está en avenida De las Industrias y bulevar Tomás Fernández, encabeza la producción del SRA y también el diseño de la fábrica para hacerlo.
En la entrada del piso de producción, donde se hacen otros muchos productos de Delphi, una lona de 10 metros cuadrados sobre la pared luce una foto de unos 15 niños.
“Son los hijos de algunos de nuestros empleados, es una forma de recordarles que alguien los espera en casa y que hay que cuidarse de los accidentes”, indica De Luna Salas.
En el diseño de las líneas de producción, agrega, se deben tener en cuenta muchos factores para poder cumplir las premisas básicas de sus sistemas de manufactura: la seguridad de los trabajadores, la calidad del producto, el volumen que requieren sus clientes y los tiempos necesarios para entregarlo.
En el caso del SRA, el proceso de manufactura inicia con insumos, algunos hechos por compañías juarenses, depositados en cajones de plástico de un metro cuadrado. Allí se colocan las piezas organizadas: la carcasa, los engranes, las tablillas, las conexiones y los cables.
Por su complejidad y tamaño el SRA se ensambla en dos líneas de producción, que se unen en una tercera final, permitiendo así una mayor velocidad y eficiencia en el producto.
Operadores vestidos con batas azules y lentes de plástico transparente manipulan máquinas de precisión que les permiten hacer el trabajo con menor cansancio.
Instrucciones a la vista les indican qué hacer y un sistema de luces les ayuda a avisar si tienen problemas en la producción para recibir ayuda de inmediato.
Los empleados atornillan, ensamblan y revisan piezas, y finalmente pasan los SRA terminados a bandejas con empaques reusables que los colocan directo en el trailer que los llevará a la ciudad de El Paso, desde donde se distribuyen.
La fábrica de Juárez surte de este producto a todo el mundo, lo que significa que manufactura más de la mitad del que se usa en todo el mercado global.
Así como el actuador de maquinaria pesada, Delphi manufactura desde aquí otras 14 líneas de productos: compresores, intercambiadores de calor, aparatos de aire acondicionado, calefacción y ventilación, componentes para aire acondicionado residencial y comercial, sistemas de distribución eléctrica/electrónica, sistemas de conexión, centrales eléctricas, inyectores, actuadores remotos inteligentes, válvulas de flujo de aire para motores, módulos de medición de aire, sensores dinámicos, válvulas del tren motriz y controladores del tren motriz y transmisión.
El 90 por ciento de estos productos termina en el mercado estadounidense, aunque en el caso del SRA, se encuentra en maquinaria pesada de todo el mundo.
Xóchilt Díaz indica que la calidad de los ingenieros juarenses es en gran parte lo que le ha permitido a la empresa posicionarse como uno de los mayores proveedores de tecnología automotriz.
Agregó que el envejecimiento y el aumento de la población y la cantidad de autos, requiere vehículos más inteligentes, capaces de ayudar a los conductores a tomar decisiones de seguridad. En todo esto, indica, los juarenses son pieza clave, con sus desarrollos.
mcoronado@redacicon.diario.com.mx

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