Rocío Gallegos
El Diario
Sobre el bordo y cauce del Río Bravo, la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), sección México, lleva a cabo trabajos de mantenimiento del cauce a la altura del bulevar Juan Pablo II.
Son obras normales que se realizan anualmente, informó la dependencia.
Como parte de estas acciones, se pudo observar que una maquina, de las conocidas como “mano de chango”, ha removido la tierra del bordo, principalmente para desaparecer las rampas que habían hecho automovilistas sobre el bordo.
Hace más de un año, la CILA colocó portones metálicos para restringir la circulación sobre ese sector.
Desde entonces sólo se permite el tránsito de vehículos oficiales, peatones y ciclistas por la elevación que delimita ese caudal.
“El tránsito de los vehículos deteriora las condiciones de las paredes del bordo y pone en riesgo a la comunidad en caso de grandes avenidas de agua como la registrada en el 2006, cuando creció el caudal” indicó entonces José de Jesús Luévano Grano, secretario de la sección mexicana del organismo encargado del mantenimiento del caudal.
Ante esa restricción se ha observado que algunos conductores utilizan la zona de vía del gasoducto, que corre paralelo al río.
Incluso en aprecia que han llegado a derribado algunos de los anuncios de advertencias de riesgo de manejar sobre esa área, por la que pasan miles de litros de gas.
En un recorrido realizado ayer por esa zona se pudo observar retroexcavadoras trabajando sobre el bordo, donde prácticamente se eliminaron las rampas sobre la elevación de ese cauce.
La restricción para circular por el bordo se lanzó desde hace casi siete años, tras las lluvias torrenciales del 2006 que dejaron daños y desgaste.
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