Luz del Carmen Sosa
El Diario
Los fracasos académicos y problemas de conducta se han convertido en los principales motivos de consulta de adolescentes de 12 a 16 años y la causa es casi siempre la misma: el excesivo uso de videojuegos y redes sociales.
María Lourdes Chávez, especialista en la conducta humana, adscrita al Hospital Morelos del Instituto Mexicano del Seguro Social, refiere que la disfunción familiar es el principal detonante de las actitudes negativas de los jóvenes; sin embargo, los factores externos relacionados con el uso de la tecnología impactan seriamente en la conducta de los menores.
Al dedicar gran parte del día para navegar en los sitios de Internet o jugar videojuegos, los adolescentes sustituyen las relaciones interpersonales por los medios indirectos de socialización. Es decir, interactúan prácticamente de manera virtual y no de manera física o personal.
La consecuencia directa es el ensimismamiento del menor y olvida incluso interrelacionarse con su propia familia.
La especialista, indica que la comunicación interpersonal se ha deteriorado a tal grado de que los mismos padres utilizan los medios digitales para llamar a sus hijos estando en la casa.
“El aislamiento de los miembros de la familia propicia que sea más fácil hacerlo de ese modo que buscarlos o llamarlos personalmente”, planteó.
Advirtió dos situaciones. Primero, para los adolescentes afectos a estas tecnologías, resulta muy fácil expresar y socializar a través de ellas. Segundo, entre más dependientes de esa tecnología más difícil les resulta entablar relaciones personales directas.
“Han perdido la costumbre de hacerlo de esa manera e incluso rechazan la idea de integrarse a grupos, talleres o actividades deportivas en donde pueden interactuar y esta es una problemática fuerte, pues sin saberlo los mismos padres contribuyen a ello al dotarlos de estos mecanismos de entretenimiento y diversión”, expuso.
Dotar a los jóvenes, en proceso de formación, de tanta tecnología y permitirles privilegiar sus relaciones virtuales, con el paso del tiempo les acarreará malos comportamientos como el mal humor, quebranto de reglas en el hogar, ira, insomnio, relaciones interpersonales disminuidas y ansiedad, entre otros.
“La ansiedad puede detonar el resto de los problemas debido al intenso enfoque que el adolescente tiene en los videojuegos y redes sociales, ya que mantienen una preocupación constante por lo que sus compañeros puedan o no publicar sobre ellos, y si se sienten incomunicados e incapaces de revisar o responder a tales publicaciones pueden presentarse ansiosos, iracundos, impulsivos o intolerantes sin causa aparente”, explicó
Y si bien la sicóloga planteó que tampoco es posible que los padres los alejen de manera definitiva o les nieguen el acceso a la tecnología, sí debe ser bajo una estricta supervisión.
Y funciona platicar con ellos acerca de lo que hacen para fortalecer la autoconfianza e incluirlos en la comunicación familiar, para que ésta no sea sustituida por el uso de las redes sociales, dijo.
Ayer el IMSS recomendó mantener una estrecha cercanía con los miembros de la familia y si detectan un problema con la comunicación intrafamiliar, el médico familiar puede valorar la situación y de ser necesario, canalizar a padres e hijos con el área de psicología para ahí recibir asesoría y en conjunto resolver los problemas existentes. (Luz del Carmen Sosa/El Diario)
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