Karen Cano
El Diario
Cuando Óscar Luis Zamudio, de 32 años, entró por casualidad ayer con su familia a la Catedral de la ciudad, escuchó la misa de mediodía en donde se invitaba a los feligreses a rezar por el nuevo Papa.
“Estábamos viendo hace rato que ya se está eligiendo al Papa; sólo esperamos que todo salga bien, porque la Iglesia necesita un líder que sepa guiarnos por el buen camino”, expresó.
Tras el inicio del Cónclave en la Ciudad del Vaticano, la expectativa por descubrir quién será el sucesor de Benedicto XVI ha llegado a todas partes del mundo; esta ciudad no ha sido la excepción y sus católicos ya se encuentran ansiosos, esperando el repicar de las campanas con el anuncio “Habemus Papam”.
Esta situación recuerda lo sucedido en el 2005, cuando tras la muerte de Juan Pablo II, se eligió a Benedicto XVI.
“Hace 8 años que las campanas sonaron distinto”, recuerda María del Socorro Loera, de 59 años, quién aún llora ante el recuerdo de la muerte de Juan Pablo II.
“Venía con otra señora, en el carro. Regresábamos de un congreso y empezamos a escuchar las campanas, pero distinto; y la señora me dice: ‘¡Ya se murió el Papa!, las campanas suenan más tristes’.
Entonces nos bajamos y fuimos a preguntar a la iglesia que estaba cerca y nos dieron la noticia. Lloramos mucho”, relató la mujer.
Desde entonces, ella sirve como ministro en la comunidad católica que pertenece a la iglesia El Espíritu Santo.
Ahora admite sentir mucha esperanza, alegría e impaciencia, por descubrir quien será el sucesor de Benedicto XXVI.
“Desde que Benedicto anunció que se iba a retirar, en mi iglesia hemos estado rezando por que el nuevo que venga sea el mejor”, explicó.
La juventud religiosa también está con la incertidumbre, comenta José Ángel Blanco, de 21 años, pues al igual que todos desea que “el que viene” sea el mejor.
“Esperamos una Papa dinámico, con energía, con ideas nuevas para evangelizar y con una actitud positiva, que es la característica esencial de un líder. Él es el que nos guiará, y lo esperamos con alegría”, declaró.
Los cardenales se encerraron ayer en la Capilla Sixtina de la Ciudad del Vaticano para iniciar el Cónclave y nombrar un nuevo Pontífice, elección que pudiera tardar varios días.
Sin importar la distancia entre aquel lugar y esta ciudad, los juarenses ya se encuentran esperando la “buena nueva” y la mejor manera de hacerlo es a través de la oración, dijo Hesiquio Trevizo, vocero de la Diócesis de Ciudad Juárez.
“En todas la misas y en las especiales, pedimos por esta intención, lo único que podemos hacer es pedirle mucho a Dios Nuestro Señor porque sea un hombre que él nos mande y que esté de acuerdo con las circunstancias actuales”, expresó.
Las campanas resonarán al momento en que llegue la noticia del otro continente, como un signo de alegría para los fieles.
Debido a la diferencia de horario, si la noticia llega en el día las campanas sonarán en el momento justo; pero si se da la noche, esto no sucederá sino hasta el día siguiente, hasta las 8 de la mañana.
Será así como los juarenses católicos lo sabrán, agregó Trevizo. (Karen Cano/El Diario)
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