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Mientras culto crece, otros luchan por alejarse de la Santa Muerte

Gabriela Cota
El Diario

2013-03-06

Mientras que el culto a la Santa Muerte se incrementa en México y hasta en Estados Unidos, existen quienes han optado por abandonar sus creencias para regresar al cristianismo.
Lucy, de 52 años, inició hace seis años con la veneración a imágenes de la “Niña Blanca”, a quien poco a poco le entregó parte de su vida y a su nieto.
“Me inicié en esto por venganza, por odio, quería justicia y me dijeron que ella me la podía dar. Empecé a comprar imágenes, portar amuletos y demás, hasta que terminé por convertirme en una bruja que hacía trabajos para los demás, desde amarres y salaciones, hasta muertes”, aseveró la mujer en medio del llanto.
Dijo que aunque en un principio todo parece fácil, “la flaca se cobra caro, ella te da poder, pero también te quita lo que más quieres. No se metan en esto, yo llevo dos meses tratando de salir y en verdad me es muy complicado”.
“Yo era bien adoradora de la Santa Muerte, hasta hace dos meses; ahora que ya lo dejé estoy pagando una factura muy grande. Quise dejarla porque hice muchos trabajos muy pesados, de todo, yo no puedo confesar, pero ella se está cobrando feo conmigo”, aseveró Lucy preocupada.
Era tanta la devoción que mostraban a la imagen tanto Lucy como su esposo, que para ellos la Santa Muerte era lo más importante.
La pareja actualmente vive en compañía de uno de sus nietos de 5 años, a quien consideran como un hijo.
Explicó que antes de hincar relación con la “Niña Blanca”, es necesario ofrecerle algo, como símbolo de la devoción que se le tendrá.
“Ella para mí era como mi esposo. En una ocasión le pedí un trabajo muy fuerte y me lo concedió, le dije ‘yo soy tuya y tú eres mía, y te ofrezco el alma de mi niño’ y me marcó la palma de la mano con una ‘M’. Empecé en esto por odio hacia una bruja que mató a mi hijo con brujería”, comentó la mujer.
Aseguró que las personas que desean entrar al culto, son convencidas al comentarles el poder que pueden llegar a obtener, aunque nunca el precio que hay que pagar.
“Hace un mes que comencé a ir a un templo cristiano, de hecho ahí mismo pedí ayuda para quitar el altar y todas las ofrendas que le tenía. Quiero salir de esto pero no puedo, también involucré a muchas otras personas, desde gente grande, niños y narcos, a todos los metía a las misas que yo le organizaba”, mencionó.
Lucy señaló que cada día primero de mes se conmemora a la “Niña Blanca”, situación que dejó de hacer desde hace dos meses.
Aseguró que su casa anteriormente estaba llena de personas que buscaban un favor, además de que ahí mismo contaba con un templo que era visitado por fronterizos y extranjeros.
“Decidí salirme, le pedí perdón a Dios por todo lo malo, yo sé que él me está perdonando, porque se lo he pedido con todo mi corazón; además mi niño fue el que me pidió que fuéramos a la iglesia, él me dijo que ya no quería ver a la flaca”, agregó.
“Ya no quiero nada con ella, tengo miedo a quedarme sola, no duermo bien, pero la flaca no me deja en paz. Hay muchas personas que igual y se meten por juego, algunos hasta se tatúan su imagen en un brazo o pierna, no saben que para poder hacerlo, uno primero tiene que matar”, especificó.
Y aunque reconoció que siempre conoció el precio que debía pagar por los “favores” concedidos, ahora se arrepiente de lo que ha hecho.
“Yo sólo quería matar a la bruja que mató a mi hijo, ya se está muriendo, pero ahora no me gozo, ahora me da tristeza, estoy arrepentida de todo lo que hice”, aseguró Lucy.
Agregó que aunque ya se deshizo de todo lo relacionado con el culto, aún conserva una medalla y un “trabajo” que no ha querido tirar a la basura, pues dijo que eso debe ser enterrado en un panteón, para que finalmente su familia pueda estar tranquila.
gcota@redaccion.diario.com.mx
 

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