Joel González Palacios
El Diario
El vendedor de burritos asesinado la noche del pasado viernes, perdió la vida al defender a su amigo, un supervisor de camiones que era amagado por un ladrón.
Los hijos de Roberto Chávez Vi-llanueva, de 51 años, aclararon que su padre no huyó del lugar donde se cometía el atraco, como se mencionó en la primera versión, sino que murió como un héroe.
Su familia señala que Roberto tuvo la oportunidad de irse pero decidió enfrentar al delincuente que le exigía el dinero al coordinador de transporte público.
“Mi papá siempre cargaba una navajita por si lo asaltaban y al ver que tenían amenazado a su amigo se acercó y le empujó la mano al ladrón con la que sostenía la pistola y luego lo lesionó”, aseguró uno de los descendientes.
Mencionaron que el asaltante cayó herido, pero otro cómplice sorprendió a su padre por la espalda y le disparó unas 10 veces, para luego escapar en un vehículo tipo Ford Focus blanco con franjas azules.
Los hijos de la víctima recordaron que su papá siempre fue muy valiente, pues le gustaba ver por los más débiles.
“En una ocasión un hombre estaba golpeando a una mujer en la calle y mi papá se metió a defenderla”, recordó una de las hijas del originario de Santa María, Durango.
Comentaron que diariamente el jefe de familia salía desde temprano a vender burritos en 12 lugares, iniciando su ruta en el Hospital Star Médica.
“La gasolinera donde murió era el último punto de venta y ahí se estaba unas dos horas”, lamentaron los deudos.
Señalaron que su padre tenía muchas aficiones, pero su “punto débil” eran sus cuatro nietos.
“No eran hijos de nosotros, eran hijos de él”, comentaron.
Señalaron que Roberto siempre fue un hombre trabajador entregado a su familia.
“Él demostró que no se necesita ser policía o tener una placa para defender a los demás”, concluyeron.
El atraco donde falleció Chávez Villanueva se registró la noche del viernes 3 de agosto en la gasolinera localizada en Eje Vial Juan Gabriel y Avenida López Mateos.