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Ma’ Juana convierte la Virreyes en ‘parque de letras’

Emma Carolina García
El Diario

2012-02-18

Colonia Virreyes. Es domingo. Minutos antes de las 11 de la mañana, Ana Laura Ramírez y Susana Báez acomodan pequeñas sillas de plástico y sillones viejos afuera de una casita azul, la Biblioteca Independiente Ma’Juana. Se preparan, como desde hace 18 meses, para recibir a los niños de ese sector empobrecido y marginado que acuden para escucharlas leer cuentos y algo más.
Súbitamente, estruendosos disparos erizan la piel de ambas. En breve, sirenas policiacas atribulan el ambiente, así como el rumor de que “han ejecutado” a alguien a unas cuantas calles.
No transcurren ni 15 minutos cuando ellas continúan colocando asientos y los niños empiezan poco a poco a salir de sus casas rumbo a Ma’Juana. Inicia la función.
En otra ciudad, en otro país, en otra época, ese asesinato hubiera provocado la suspensión de la lectura infantil. Pero no en Juárez, no en México, no en nuestro hoy. Lo único que desencadenó fue que la actividad inició media hora después de lo pactado.
La escena es conmovedora. En una casa muy humilde ubicada en la calle Ruanda, ocho cuadras atrás del Aeropuerto Internacional Abraham González, hay veintitantos pequeños cuyas edades oscilan entre los 4 y los 13 años. Están “hechos bolita” por el ligero frío de la mañana dominical, con el “almohadazo pintado” y con caritas resecas pero muy atentas.
No al frente, sino entre ellos, están Ana Laura y Susana, alzando las voces cuando leen “El aprendizaje amoroso”, de la francesa Laëtitia Bourget y “Paula tiene dos mamás”, de la neoyorquina Lesléa Newman.
El primero comienza donde termina el cuento clásico, en “se casaron y vivieron felices para siempre” y muestra la cotidianeidad de una relación con ronquidos, flatulencias, sexo, celos y diferencias. El segundo cuento plantea la importancia de ser tolerantes y respetuosos hacia la diversidad sexual, a otro tipo de familias.
“Yo tengo dos mamás”, dice una niña del público, mientras su hermano le ayuda a explicar, pero se detiene ante la duda de poder pronunciar o no la palabra “joto”.
De inmediato, pero en tono sereno, Ana Laura le dice: “no hay que temerle a las palabras, dilo, pero lo correcto es decir persona con preferencias sexuales distintas”.
“Biblioteca Independiente Ma’Juana es un proyecto de nuestro colectivo feminista Palabras de Arena. El objetivo es contribuir a un crecimiento humanista de la sociedad centrado en la palabra que se desprenda de los libros, pero de libros que muestren a los pequeños un mundo diverso, democrático, solidario y comprometido. No ser un espacio escolarizado, sino lúdico, que disfruten venir y leer, como si fuera un parque de letras”, asevera Susana.

Un remanso dominical

Ma’Juana nació a mediados de 2010. Bastó con que pintaran de azul y con dibujos infantiles la fachada de la casa para que los colonos se acercaran a preguntar qué estaba pasando.
“Aquí viven mis papás”, dice Ana Laura, licenciada en Literatura Hispanomexicana. “Antes vendían hamburguesas en este espacio, luego fue una especie de sala-comedor y ahora es una biblioteca abierta a la comunidad”, agrega.
El 22 de agosto de 2010 fue la primera lectura ante 25 infantes. No hubo mayor publicidad ni convocatoria; simplemente se corrió la voz.
“Todos los domingos hay lectura a las 11 de la mañana. El promedio de asistencia es de 32 menores por sesión. Si hace mucho frío lo menos que vienen son 15, pero siempre hay público y si hay actividad especial vienen hasta 60”, dice Susana Báez, doctora en Teoría de la Literatura y del Arte, por la Universidad de Granada, España.
Esta casa de palabras abre sus puertas mientras haya luz solar. “Los niños vienen, tocan y siempre se les abre la puerta. Aquí leen, arman rompecabezas, hacen manualidades, platican, preguntan, en fin, han adoptado a Ma’Juana”, expresa Ana Laura.
El acervo es de aproximadamente mil 500 libros de literatura infanto–juvenil. Existe gracias a donativos y porque Ana Laura y Susana lo han comprado con el salario obtenido por ser profesoras de literatura en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y en otras instituciones.
Galardonadas,
las impulsoras

Ma’Juana es vivificado actualmente por el esfuerzo de Susana y Ana Laura, pero también de sus familiares, del Colectivo 656 Comics, los voluntarios Claudia Chagoya, Ale Flores, David Enríquez y, por supuesto, los niños.
Yesli Jazmín Lira Salas, de 11 años, es de las más participativas y entusiastas: “Cuando es viernes digo ‘ya casi es sábado’ y cuando es sábado digo ‘ya casi es domingo por fin para ir a Ma’Juana’. Al principio venía sola y ahora vengo con mis hermanos (de 8 y 5 años), nos gusta mucho que nos lean cuentos, el que más me ha gustado es el de ‘La peor señora del mundo”, dice sonrojada.
Platica que escuchó los balazos esa mañana y se asustó, pero “no tanto porque es algo que pasa muy seguido aquí”, por eso decidió salir de su casa y caminar con sus hermanos hacia la biblioteca, a una cuadra de distancia.
El colectivo Palabras de Arena es conformado por Ana Laura, Susana e Ivonne Ramírez, quien no vive en Ciudad Juárez debido a la inseguridad.
Las tres fueron galardonadas con el Premio Nacional del Fomento a la Lectura 2009 y por segunda ocasión están nominadas al The Astrid Lindgren Memorial Award, el máximo reconocimiento internacional a la literatura infantil y juvenil.
“Estamos convencidas de que cada ciudadano, a partir de sus saberes, posibilidades y conciencia, puede hacer algo por mejorar su entorno. Nosotras elegimos a las letras porque es lo que nos apasiona y es en lo que creemos. Estamos plenamente satisfechas con Ma’Juana pero vamos por más, en 2013 esta biblioteca tendrá un segundo piso y más niños por acoger”, indican.
Los interesados en contribuir con el proyecto pueden donar libros lúdicos, sillas, rompecabezas o dulces para obsequiar a los niños. Asimismo, la invitación está abierta a la comunidad en general para acudir a las lecturas dominicales. La dirección es calle Ruanda 114 Colonia Virreyes. Más información al celular 168–3385 o ingresar a www.palabrasdearena.org

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