Internacional

Alarma a GB ola de acuchillamientos

Reforma

2018-11-08

Londres— El alcalde de Londres, Sadiq Khan, se encuentra sometido a una fuerte presión política por el elevado nivel de criminalidad que registra la ciudad, con 40 mil episodios con arma blanca, 16 por ciento más que el año pasado.

En la mayoría de los casos los protagonistas son jóvenes pertenecientes a alguna banda violenta, que ocultan sus rostros bajo la capucha de una sudadera.

"Todo esto está sin duda relacionado con las drogas (...) Pero se trata también de una cuestión cultural, cuando la gente joven cree que no hay ningún problema en hacerse con un cuchillo y formar parte de una banda violenta", señala Khan.

El ministro del Interior ha convertido este problema de orden público en un problema político, al llamar hoy a la comisaría general de Scotland Yard, Kressida Dick, y exigirle que los policías incrementen el número de registros a los posibles sospechosos.

Cuando la primera ministra, Theresa May, estaba al frente de ese Ministerio, redujo considerablemente este tipo de prácticas ante la acusación de que tenían un claro sesgo racista y tenían como objetivo a jóvenes de minorías raciales.

Existe un convencimiento general de que parte de las causas de este incremento de la criminalidad en Londres tiene que ver con la drástica reducción del número de efectivos policiales que se ha producido en los últimos site años, debido al esfuerzo de austeridad que ha afectado a todos los servicios públicos.

Khan se ha basado en el éxito alcanzado en la ciudad escocesa de Glasgow para poner en marcha un nuevo departamento llamado Unidad de Reducción de Violencia, que pretende dar una respuesta multidisciplinar, no solo policial, al problema.

Junto con la Policía Metropolitana, participan en esta unidad representantes de los servicios de salud pública, de las agencias de investigación criminal y de las organizaciones juveniles y locales de los distritos más afectados.

El alcalde advirtió que si se quiere poner énfasis en las causas últimas de este rebrote de la violencia, la respuesta no llegará de la noche a la mañana, y recuerda que Glasgow tardó una década en cambiar la tendencia ascendente de la criminalidad que sufría.

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