The New York Times
2018-09-22Roma.- El Vaticano dio a conocer este sábado que llegó a un acuerdo provisional con el gobierno chino para dar por terminadas décadas de problemas con el antiguo régimen sobre la autoridad para designar obispos en China, publicó The New York Times.
Se trata del primer reconocimiento formal que hace ese país comunista al papa como líder de la Iglesia Católica en la nación más populosa del mundo, según dieron a conocer funcionarios del Vaticano.
Según ese avance, el papa Francisco reconoció la legitimidad de siete obispos que fueron designados por el gobierno chino. Debido a que no habían sido seleccionados por el Vaticano, anteriormente habían sido excomulgados.
El acuerdo abarca el que el papa mantenga contacto con partes del mundo en donde espera incrementar la presencia de la iglesia y difundir su mensaje. Esto le dará a la iglesia un mayor acceso a una enorme población en donde el crecimiento del protestantismo está superando por mucho al catolicismo.
Sin embargo, los críticos están renuentes a compartir la autoridad de la iglesia con ese autoritario gobierno, aseguran que el trato marcó un vergonzoso retroceso y estableció un peligroso precedente para las futuras relaciones con otros países.
El pacto llega en un momento en que el papa está bajo un enorme escrutinio por la maneara como ha manejado la iglesia el abuso sexual de clérigos, siendo uno de varios temas que las fuerzas conservadoras dentro de la iglesia han adoptado para debilitar a Francisco.
Es probable que el acuerdo con China, al que se oponen profundamente, es aumente ese descontento.
Durante años, el papa Francisco ha hablado acerca de su deseo de visitar China, en donde el catolicismo ha perdido terreno consistentemente de cara a las intensas medidas severas y vigilancia de grupos religiosos bajo el gobierno del presidente Xi Jinping.
Los protestantes, cuya fe está extendiéndose rápido por el país, han eclipsado mayormente el porcentaje de católicos en China, cuyo número es de 10 a 12 millones.
Durante décadas, muchos católicos chinos se arriesgaban a ser arrestados y perseguidos por acudir a iglesias subterráneas dirigidas por obispos designados en secreto por los papas, mientras que el gobierno comunista había construido una estructura paralela: una iglesia católica sancionada y controlada por el estado.
El padre Bernardo Cervellera, miembro del Instituto Pontificio para las Misiones Extranjeras y editor del sitio Asianews.it, hizo notar que la oficina de prensa de la Santa Sede hizo hincapié en el hecho de que el acuerdo fue provisional, y “algo más parecido a una promesa” de que podrán encontrar una solución a largo plazo.
“El papa nos ha traído el éxito diplomático más grande en la historia reciente de la iglesia. Logró empoderar al Vaticano como una voz en la escena internacional”, comentó Alberto Melloni, director de la Fundación de Ciencias Religiosas “Juan XXIII”.
El pacto, que en varias ocasiones ha estado a punto de rendir frutos pero luego había colapsado, ocurre después que equipos de negociación se reunieron en Roma en el mes de junio, cuando al parecer, el Vaticano les aseguró a los chinos que el Papa anularía la excomunión a los obispos designados por el gobierno.