El Diario de Juárez
2018-07-09
Bruselas— Alguna vez los líderes de la OTAN temieron que el presidente Trump no estuviera empleando los argumentos adecuados para convencer a Rusia de que Estados Unidos seguía tomando con seriedad la defensa de Europa.
Ahora les preocupa algo más importante: el colapso total de la alianza, o al menos un debilitamiento tal de los compromisos de Washington con la seguridad que la OTAN resulte profundamente perjudicada, informó el Washington Post.
La inquietud se da antes del posible ataque diplomático doble de Trump la presente semana. Primero, el mandatario estadounidense se dirigirá a una cumbre de líderes de la OTAN, donde se espera que continúe quejándose de que los europeos no están colaborando al gasto de defensa como debieran.
Días más tarde, se reunirá con el presidente de Rusia Vladimir Putin para lo que será el primer encuentro sólo entre ambos. A los mandatarios les preocupa que Trump llegue a negociar su seguridad a cambio de mejores relaciones con el Kremlin.
El mes pasado el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk advirtió a los líderes europeos que, a juzgar por las declaraciones de Trump, los aliados ya no podían suponer que la OTAN sobreviva. Los diplomáticos de la OTAN están haciendo chistes negros acerca de la posibilidad de que Trump y Putin den a conocer una alianza de cambios mundiales como la que contribuyó a dar pie a la Primera Guerra Mundial. Otros están contemplando el entarimado legal de una OTAN en la que Estados Unidos ya no sea el actor prioritario.
“El principal aliado no sólo tiene un desacuerdo con nosotros, sino que de hecho parece dispuesto a retirarse”, dijo Tomas Valasek, el exembajador eslovaco ante la OTAN que dirige en Bruselas el centro de investigaciones Carnegie Europa. “Ya se acabó la táctica de disuasión”.
Dichas opiniones se basan en las palabras y acciones de Trump en las últimas semanas, conforme ha seguido de manera más abierta sus instintos destructores en política exterior tras un primer año durante el cual lo contuvieron colaboradores más convencionales. Pocas personas creen que Trump llegue a retirarse de la OTAN —creen que, por lo menos, lo limitarán los congresistas republicanos—. Pero les preocupan las medidas que podrían desatar una desintegración.
Los europeos temen que se repita la cumbre del Grupo de los Siete efectuada el mes pasado en Canadá, cuando Trump discutió con los mandatarios de los aliados más estrechos de Washington, para luego negarse a firmar la declaración repleta de trivialidades acostumbrada en esos encuentros.
Sólo que esta vez, las implicaciones para la seguridad podrían ser inmediatas.
“Una cosa es que vaya al G-7 y se porte grosero con la gente”, dijo un diplomático de alto nivel de la OTAN que pidió no ser identificado. “Desbaratar la OTAN es otra cosa”.
Los europeos están “asustados” por la posibilidad de que Trump desencadene una crisis, dijo otro funcionario europeo de alto rango.
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