Internacional

Temen fin de paz tras elecciones en Colombia

Reforma

2018-06-17

Bogotá— Una mesera de gran sonrisa y afanada labor pasa desapercibida en un restaurante del sur de esta ciudad. No es una mesera cualquiera. Vergenes Jurado fue durante 12 años combatiente de la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Trabajé como enfermera. Los compañeros se murieron en mis brazos", comenta a Reforma, mientras limpia las verduras que más tarde servirá a los comensales.
Ella es la prueba de que los 12 mil ex combatientes -entre guerrilleros y milicianos- que se desmovilizaron en 2017 pueden llegar a reinsertarse en la sociedad. Poco a poco se van rompiendo los estigmas.
"No le puedes decir a cualquiera que eres exguerrillera. En este trabajo saben de dónde vengo, que estoy desmovilizada... pero en otros trabajos que he tenido nunca dije de dónde venía. Temía que me dijeran que no les servía. O que les diera miedo de darme empleo", agrega.
Mario Contreras, dueño del restaurante donde trabaja Vergenes, cree que es importante ofrecerles oportunidades.
"Cargan con un estigma y se esfuerzan por retirar esa imagen que hay de ellos. Tienen muy buena actitud porque siempre han estado acostumbrados a trabajar en el campo. Realmente este trabajo no es pesado para ellos", asegura el empresario.
El proceso de reincorporación de los miles de excombatientes que se desmovilizaron el pasado año no está siendo, en cualquier caso, sencillo.
La implementación del Pacto de La Habana está sufriendo muchos retrasos en el Congreso. Apenas ha sido aplicada un 20 por ciento de las leyes y tareas previstas en el acuerdo, según un reciente informe.
Los colombianos temen que el acuerdo vuelva a ser puesto a prueba tras la segunda vuelta de las presidenciales de hoy.
El candidato de la derecha uribista, Iván Duque -quien repunta en los sondeos con un 57.2 por ciento de intención de voto, frente al 37.3 por ciento del izquierdista Gustavo Petro-, ha dicho que quiere modificarlo.
Por el momento, preocupa especialmente la tardanza en la aprobación de los fondos necesarios para activar los proyectos productivos rurales que iban a ser el sustento económico de los ex guerrilleros.
Algunos han decidido no esperar. Agua Bonita es una vereda del Caquetá colombiano donde un grupo de unos 200 excombatientes han creado una cooperativa de trabajo.
Producen piña, plátano y yuca. Han fundado una ebanistería, tienen una talabartería e incluso piscifactoría, panadería, escuela y puesto de salud.

"Este espacio es una micro partícula de lo que debe ser la nueva Colombia. Aquí aprendemos a trabajar como sociedad, a entendernos y a producir colectivamente", comenta Federico Montes, uno de los líderes de la comunidad.
"Queremos sembrar mucha paz. La guerra es lo más desastroso y lo más deshumanizado, y no queremos volver a ella", dice la ex guerrillera Becsy Ruiz.

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