Internacional

Enfrenta Alemania disputa por migración

Agencia Reforma

2018-06-17

Berlín— Berlín ha vivido una semana de vértigo. Lo que el lunes comenzó como la desautorización de la canciller a uno de sus ministros ha terminado convertida en una crisis política de primer orden, que amenaza con partir al Ejecutivo alemán y llevarse por delante frágiles equilibrios en Bruselas.
Las próximas horas serán decisivas para el futuro de Alemania y también de Europa. Horst Seehofer, ministro de Interior, Construcción y Patria alemán ha declarado la guerra a una Canciller Angela Merkel, a quien considera incapaz de restringir la entrada de refugiados.
Seehofer amenaza con actuar por libre y rechazar a los refugiados en las fronteras, poniendo en serio peligro un Gobierno de tres meses de vida.

Más allá de los acuerdos que resulten de las negociaciones de última hora, la crisis del Gobierno alemán es un reflejo de los movimientos tectónicos provocados por el auge de los populismos xenófobos en Europa y del repliegue nacional de las políticas de inmigración y asilo frente a la búsqueda de soluciones en el ámbito europeo.

Si Seehofer defiende actuar unilateralmente, Merkel busca un consenso con los socios europeos.

Como telón de fondo, el partido de Seehofer (la Unión Social Cristiana de Baviera CSU) se juega su mayoría absoluta, en las elecciones regionales de Baviera el próximo octubre.

Y es la extrema derecha -Alternativa por Alemania (Afd)- la que con un discurso antiinmigración, ultranacionalista y antieuropeo podría destronar al partido bávaro.

De ahí, las prisas de la CSU por abanderar la política de mano dura contra los migrantes, en un momento en el que las cifras muestran un claro descenso de llegadas de demandantes de asilo a Alemania.

Este lunes por la mañana, las ejecutivas de los dos partidos conservadores enfrentados y miembros de la coalición de Gobierno tienen previsto mantener sendas reuniones para buscar una salida a la crisis.

Las diferencias de ambos líderes en materia migratoria no son nuevas, pero ahora Seehofer, líder del partido conservador bávaro, quiere aplicar controles en las fronteras alemanas y rechazar a cualquier refugiado que haya iniciado su procedimiento de asilo en otro país.

Seehofer quiere rechazar en la frontera a los solicitantes sin ofrecer las garantías jurídicas que establece el reglamento de Dublín para los refugiados que llegan a países europeos, es decir, quiere hacerlo y amenaza con hacerlo ya.

Merkel, de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), se opone al rechazo en frontera por considerar que una medida que restrinja la libertad de movimiento en la Unión Europea y que afecte al sistema de asilo comunitario debe ser acordada en Bruselas y no en Berlín.
La Unión Europea, como ha puesto de manifiesto la llegada del Aquarius a costas europeas, afronta muy dividida las políticas de asilo y no está nada claro que la cita de Bruselas vaya a aportar gran claridad al caos político alemán.

En cualquier caso, Merkel pide dos semanas de plazo, el tiempo que falta para el próximo consejo europeo, donde los Estados Miembros buscarán soluciones a las disfunciones de un sistema de asilo incapaz de dar respuesta a las necesidades actuales.

En esas dos semanas, la Canciller aspira también a alcanzar acuerdos bilaterales con países europeos como Grecia o Italia para enviarles refugiados que hayan iniciado su proceso de asilo en esos países y no en Alemania.

El Gobierno de Berlín desmintió que Merkel quiera celebrar en unos días una cumbre europea extraordinaria dedicada al asilo, pero el portavoz de la Canciller, Steffen Seibert, sí confirmó el domingo en un tuit en el que afirmó que por supuesto el Gobierno alemán está manteniendo conversaciones al respecto con varios estados Miembros y con la Comisión Europea.

Merkel teme que un movimiento unilateral de Berlín la termine de enfrentar con los socios de la Unión Europea, a quienes aspira a convencer de la necesidad de un reparto más equitativo de refugiados.

La negociación del capítulo migratorio se justifica además con las cruciales negociaciones sobre la reforma de la zona euro.

Este lunes, el Primer Ministro italiano, Guiseppe Conte visitará Berlín, mientras que el martes lo hará Emmanuel Macron.

Recordó el domingo todo lo que se juega Alemania y Europa en este conflicto Annegret Kramp-Karrenbauer, secretaria general de la CDU y la política elegida por Merkel para sucederla.

"Alemania se encuentra en el corazón de Europa. Si actuamos solos, a nivel nacional, nuestra posición puede debilitarse y tener efectos en otros ámbitos como el euro", estimó la política alemana.

La guerra entre Seehofer y Merkel es tan abierta, que la posibilidad de que se parta en dos el bloque conservador alemán ha dejado de ser un escenario de ciencia ficción.

Si el hermanamiento que mantienen desde hace siete décadas la CDU y la CSU termina por quebrarse, el frágil Ejecutivo alemán de coalición que tardó seis meses en formarse podría también colapsar.

"No puedo seguir trabajando con esta mujer", habría dicho el líder bávaro en alusión a Merkel esta semana tras una de las reuniones mantenidas esta semana para tratar de enderezar la situación.

La frase publicada inicialmente en el dominical de Die Welt, ocupaba el domingo los titulares de las ediciones digitales de la prensa alemana.

Seehofer ha asegurado también que nadie en la CSU está interesado en derribar a la Canciller ni en disolver al alianza parlamentaria entre la CSU y la CDU ni en destrozar la coalición, según publicaba este domingo el sensacionalista Bild, el más leído de Alemania.

Pero a renglón seguido repetía cuáles son sus condiciones, que en principio hacen viable la continuidad de la coalición.

"Lo que queremos es encontrar una solución de futuro que nos permita rechazar a refugiados en nuestras fronteras". afirmó.

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