Associated Press
2018-06-13
Catania— Un barco de la Guardia Costera italiana atracó el miércoles en Sicilia con más de 900 migrantes a bordo, mostrando que el nuevo gobierno italiano antiinmigración sigue recibiendo algunos solicitantes de asilo, aunque fuerza al resto de países europeos a aceptar a otros.
El cambio de política ha provocado tensiones diplomáticas entre Francia e Italia, que llamó a consultas al embajador francés.
La tripulación del Diciotti comenzó por la mañana a desembarcar a sus pasajeros en el puerto de Catania. Al mismo tiempo, el Aquarius, un barco gestionado por el grupo humanitario SOS Mediterranee, continuó su travesía al oeste hacia España, a donde se dirige después de que Italia y Malta le negaran la entrada.
El destino contrapuesto de los dos barcos muestra el cambio de estrategia del nuevo gobierno populista italiano: rechazar a los barcos humanitarios de rescate con bandera europea pero permitir la entrada a sus puertos a embarcaciones italianas.
Italia llamó a consultas al embajador francés después de que el presidente de Francia, Emmanuel Macron tachara de "cínico" e irresponsable el comportamiento del gobierno italiano.
El embajador fue convocado "tras las declaraciones realizadas ayer en París sobre el Aquarius", indicó el Ministerio italiano de Exteriores en un comunicado.
La oficina de Macron dijo que Francia no quiere "sentar un precedente" que permita a algunos países europeos romper las leyes internacionales y contar con que otros estados miembros de la UE recibirán a los migrantes.
España ha aceptado recibir al Aquarius en su puerto de Valencia.