Internacional

Invitación de Trump a Rusia ahonda fisura con el G7

The New York Times

2018-06-09

Hubo un tiempo en que existió un consenso diplomático entre las democracias industrializadas del mundo, organizada por Estados Unidos, en defensa de “la soberanía, integridad territorial e independencia”.
Ese año fue 2014, en el que el Grupo de 8 naciones expulsaron a Rusia del club más exclusivo del mundo, ya que sus líderes dijeron que era “ilegal que se anexara a Crimea unilateralmente”.
Cuatro años después, sigue habiendo unidad en ese propósito, pero ahora la mayoría de ese enojo moral está dirigido hacia Estados Unidos.
Donald Trump se sintió aislado en ese escenario global por tomar acciones que los más cercanos aliados de Estados Unidos han considerado como destructivas y hasta ilegales, en el ámbito comercial.
Este sábado, dejó de manifiesto el nuevo abismo que separa a Estados Unidos de sus amigos, al abandonar temprano la cumbre del G7 de este año y eludiendo las pláticas sobre el cambio climático, océanos y energía limpia, cediendo no sólo el liderazgo estadounidense sobre esos temas, sino también su asiento en esa mesa.
Mientras intenta establecer su agenda de America First, Trump ha abierto una brecha entre Estados Unidos y sus aliados al imponerles agresivas tarifas, abandonando el tratado del cambio climático de París y saliéndose del acuerdo nuclear con Irán, que las democracias occidentales negociaron junto con el presidente Barack Obama.
Este viernes, sin previo aviso, Trump ahondó la fisura al desafiar directamente la Declaración de La Haya al hacer un llamado para que Rusia sea reinstalado como miembro del grupo de más elite en el mundo de naciones sin insistir en imponerle ninguna condición que el Occidente ha exigido en términos de dar por terminada su intervención en Ucrania.
Este sábado, al ser presionado en ese tema durante una conferencia de prensa, Trump dejó en claro su creencia de que las acciones de Rusia en Crimea no deberían de ser un obstáculo.
“Ha pasado mucho tiempo. Me gustaría ver que Rusia estuviera en el G8, en lugar de tener un G7. Yo diría de manera absoluta que un G8 sería un grupo más significativo que el G7”.
Peter Westmacott, exembajador británico ante Washington comentó: “Trump está cada vez más preparado para dejar pasar a países que representan una verdadera amenaza a los valores occidentales y a la seguridad que a los aliados tradicionales de Estados Unidos. Si existe un “método para llegar a la locura”, utilizando las palabras del secretario británico de Relaciones Exteriores Boris Johnson, en este momento está bien oculto”.
Sin embargo, Trump no sólo está en desacuerdo con los aliados tradicionales de Estados Unidos sino también con muchos miembros de su propia administración.
Este viernes, mientras se enfrentaba con los líderes europeos acerca del regreso de Rusia al G7, su propio director de inteligencia nacional pronunció un discurso en Francia condenando el comportamiento maligno de Moscú y advirtiendo que no hay que permitir que ese país pueda dividir a los aliados.
Al hablar durante una conferencia en Normandía, Dan Coats, director de inteligencia, enlistó una serie de acciones que ha realizado Rusia además de anexarse a Crimea, incluyendo el interferir en las elecciones estadounidenses y europeas y de envenenar a un ex espía ruso y a su hija que vivían en Gran Bretaña.
Los desacuerdos sobre política no son lo único que está separando a Estados Unidos de sus aliados tradicionales.  El estilo personal de Trump también ha confundido y en algunas ocasiones molestado a sus contrapartes, que nunca saben qué deben esperar.
“El lunes, uno puede ser su mejor amigo, el martes su peor enemigo y para el viernes, podemos jugar golf nuevamente”, comentó Mark Dubowitz, director general de la Fundación para la Defensa de las Democracias.

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