Internacional

Regresa a Paquistán cuerpo de estudiante muerta en tiroteo de Texas

El Diario de Juárez

2018-05-23

El cuerpo de una adolescente paquistaní que estudiaba en Texas, regresó a casa, con su familia. En las primeras horas de la mañana el padre de Sabika Sheikh, de 17 años, fue el primero en recibir el ataúd, envuelto con la bandera paquistaní, en el aeropuerto de Karachi.

Unos cadetes del Ejército subieron el ataúd a una ambulancia mientras docenas de lloroso familiares y amigos recitaban versos del Corán. Las puertas se cerraron, se encendió la sirena y la ambulancia trasladó el cadáver de Sabika y a sus familiares inmediatos al entierro. El cónsul general estadounidense, John Warner, contuvo las lágrimas al reconfortar a un amigo de Sabika en la pista.
La menor fue una de las 10 personas que perdieron la vida la semana pasada en Texas cuando un estudiante abrió fuego en la preparatoria Santa Fe con armas pertenecientes a su padre. Sus familiares aseguraron que Sabika estaba disfrutando mucho su estancia y tenía la esperanza de cumplir su sueño de convertirse en diplomática y trabajar a favor de la paz.
La mañana del viernes, poco antes de que el tirador entrara al plantel, envió un mensaje de Snapshat a su mejor amiga, Rumsha Munawar, una compañera de escuela en Karuchi.
En el Snapchat se apreciaba a Sabika sonriendo con un mensaje: “¡faltan 19 días para que regrese!”.
Sabika llegó a Texas por medio de la iniciativa impulsada por el Departamento de Estado denominada Programa Kennedy-Lugar de Intercambio y Estudio. Como parte del programa, el presente año aproximadamente 900 estudiantes de todo el mundo fueron enviados a vivir con familias estadounidenses y asistir a preparatorias locales en casi todas las entidades del país.
El programa de seis meses constituye uno de varios financiados por el Departamento de Estado con el propósito de mostrar a los estudiantes una faceta positiva de Estados Unidos y forjar vínculos con estudiantes ambiciosos de primer nivel como Sabika que a futuro puedan llegar a ser potenciales líderes extranjeros.
Pero Sabika estaba decidida a presentar la mejor imagen que Pakistán pudiera ofrecer a los estadounidenses.
Su misión era, dicen amigos y familiares, modificar las opiniones estadounidenses sobre el islam y convencer a quienes conociera de que su religión no era violenta. Todas las personas a quienes Sabika conoció en Estados Unidos tuvieron conocimiento de que la religión y el país de la estudiante tenían algo más de lo que decían los encabezados relativos a ataques terroristas.

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