El Diario de Juárez
2018-04-22
Este domingo un atacante suicida mató un mínimo de 52 personas que hacían fila en una oficina de Kabul a fin de registrarse para votar, despertando nuevas inquietudes en torno a la posibilidad de que la violencia socave las elecciones parlamentarias de Afganistán que tanto se han demorado, escribe The New York Times.
El kamikaze detonó los explosivos que llevaba en el cuerpo cuando las autoridades afganas distribuían credenciales nacionales de identificación en la zona poniente de Kabul, la capital, como parte de la campaña gubernamental destinada a que más personas se registren para emitir su voto. Wahidullah Majrooh, portavoz del Ministerio Afgano de Salud, dijo que ataque dejó asimismo un saldo de por lo menos 112 heridos.
El interés público en las elecciones de octubre ha sido alarmantemente bajo debido al cansancio de los electores tras fraudes sucesivos en las elecciones y a la preocupación acerca del peligro en la seguridad de las casillas electorales que representan los atacantes suicidas y otros tipos de violencia por parte de grupos opositores al Gobierno.
Poco después de que los talibanes rechazaron responsabilidad alguna por la masacre, el Estado Islámico se la atribuyó, de acuerdo con la agencia informativa del grupo, Amaq.
Entre las víctimas hubo niños uniformados que se dirigían a una escuela cercana. En una imagen que circula en las redes sociales se aprecia en la morgue a una niña pequeña que aún carga su mochila color rosa, la cual sirve de almohada a la cabeza de cabello ensangrentado.
En la provincia de Baghlan, al norte, cinco personas murieron y cuatro resultaron heridas en otra explosión, dijeron funcionarios locales.