Associated Press
2018-04-13
Lima– La VIII Cumbre de las Américas empezó ayer sin la presencia de algunos de sus protagonistas más esperados.
La cita, que constituye la mayor oportunidad de Estados Unidos para promover una agenda hemisférica con el resto de la región, no tenía entre sus asistentes al mandatario estadounidense Donald Trump ni a los presidentes Nicolás Maduro de Venezuela y Raúl Castro de Cuba.
Desde 1994, cuando Bill Clinton inauguró la primera cita en Miami, ningún presidente estadounidense había faltado.
Casi un cuarto de siglo después, el elegante escenario de la reunión hemisférica más importante mostraba los vacíos dejados por los polémicos mandatarios.
La cumbre, cuyo tema central es la lucha contra la corrupción, se desarrollará también en medio de los estragos del escándalo desatado por la constructora brasileña Odebrecht, el cual ha salpicado a las élites de la región y hace tres semanas empujó a la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, el presidente del país anfitrión, Perú.
El nuevo mandatario peruano Martín Vizcarra dijo que la corrupción “trunca los sueños de millones de ciudadanos”.
Con cifras del Banco Mundial, Vizcarra dijo que cada año se pierde en coimas el 2 por ciento del producto interno bruto global, cifra equivalente a unos 1.5 billones de dólares, diez veces más de lo que el mundo invierte por año en asistencia para el desarrollo.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, el uruguayo Luis Almagro, dijo después en su discurso que “el corrupto y el opresor son parientes cercanos”.
“El opresor, que desnaturaliza los derechos de su pueblo para transformarlos en riqueza e impunidad personal, navega en las aguas de la corrupción y, a su vez, el corrupto oportunista no encuentra mejor ambiente para florecer que el de las dictaduras o la debilidad del estado de derecho”, indicó.
Almagro no mencionó a ningún país en particular, pero el vicecanciller cubano Rogelio Sierra y tres funcionarios cubanos presentes en la cita se retiraron en protesta por las frecuentes declaraciones del uruguayo sobre la política interna de la isla.
Además de Trump, que canceló el que hubiera sido su primer viaje a Latinoamérica como mandatario, tampoco llegaron al menos otros siete presidentes.
Castro y el nicaragüense Daniel Ortega, así como los jefes de estado de El Salvador, Guatemala y Paraguay, enviaron suplentes.