Internacional

Mente de Stephen Hawking viajó por el cosmos

El Diario de Juárez

2018-03-14

Stephen W. Hawking, el físico de la Universidad de Cambridge y autor de libros best-sellers, recorrió el cosmos desde una silla de ruedas, reflexionando sobre la naturaleza de la gravedad y el origen del Universo y convirtiéndose en emblema de la determinación y curiosidad humanas, publica The New York Times.
“Desde Albert Einstein ningún científico había cautivado la imaginación del público ni se había ganado el cariño de decenas de millones de personas de todo el mundo”, dijo en entrevista Michio Kaku, profesor de física teórica en la Universidad de la Ciudad de Nueva York.
El doctor Hawking lo consiguió en gran parte gracias a su libro “Breve historia del tiempo”: desde el Big Bang hasta los agujeros negros”, publicado en 1988 y del cual se han vendido más de 10 millones de ejemplares. La película sobre la vida de Hawking, “La teoría del todo”, fue nominada para varios Óscares en 2014.
Científicamente, Hawking será recordado sobre todo por un descubrimiento tan extraño que tal vez se exprese mejor como acertijo zen: ¿cuándo no es negro un agujero negro? Cuando explota.
Igualmente sorprendente es el hecho de que Hawking haya tenido una carrera. Siendo estudiante de posgrado en 1963, se enteró de que tenía esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa neuromuscular también conocida como la enfermedad de Lou Gehrig. Sólo se le dio unos cuantos  años de vida.
La enfermedad redujo el control de su cuerpo a doblar un dedo y mover en forma voluntaria los ojos, pero no afectó sus facultades mentales.
Llegó a convertirse en el líder de su generación en la exploración de la gravedad y las propiedades de los agujeros negros.
Su trabajo condujo a un momento histórico en la física moderna. Hawking descubrió para desconcierto suyo que los aguajeros negros en realidad no eran negros. De hecho, concluyó, eventualmente crepitaban, soltando radiación y partículas, hasta finalmente explotar y desaparecer.
Para los científicos dicha tesis publicada en 1974 es el primer gran hito en la lucha por encontrar una sola teoría en torno a la Naturaleza, relacionando la gravedad y la mecánica cuántica.
El descubrimiento de la radiación Hawking, como se le conoce, transformó los agujeros negros de destructores a creadores y colocó en una nueva dirección el sueño de una teoría definitiva.
Hawking era un hombre que movió los límites —ciertamente en su vida intelectual, pero también en sus vidas profesional y personal—. Recorrió el mundo asistiendo a eventos científicos, visitando todos los continentes; escribió libros sobre su trabajo; se casó  dos veces; tuvo tres hijos; y llegó a participar en “The Simpsons”, “Star Trek: the Next Generation” o “The Big Bang Theory”.
Celebró su cumpleaños número 60 subiendo en un globo aeroestático. Esa misma semana, chocó su silla de ruedas eléctrica por dar vuelta a alta velocidad en una esquina, fracturándose la pierna.
En abril de 2007, meses después de cumplir 65 años, participó en un vuelo de gravedad cero a bordo de un Boeing 727 especialmente equipado, un avión acojinado que recorre una trayectoria con cambios súbitos que genera lapsos sin gravedad. Se trató del preludio del viaje espacial que Hawking esperaba hacer a bordo del SpaceShipTwo de la compañía Virgin Galactic.
Cuando se le preguntó la razón de que tomara tales riesgos, Hawking dijo, “quiero mostrar que la gente no tiene que estar limitada por discapacidades físicas mientras su espíritu no esté discapacitado”.
“Qué triunfo ha sido su vida”, dijo Martin Rees, cosmólogo de la Universidad Cambridge, el astrónomo real de Gran Bretaña y colega de siempre de Hawking. “Su nombre vivirá en los anales de la ciencia; sus best-sellers ampliaron los horizontes cósmicos de millones de personas; y alrededor del mundo, aun más han sido inspiradas por un ejemplo único de determinación a toda prueba —una manifestación de voluntad y determinación asombrosas.
Stephen William Hawking nació en Oxford, Inglaterra, el 8 de enero de 1942. Su madre, Isobel Waleker, había ido a Oxford con el fin de evitar las bombas alemanas que caían en Londres. Su padre, Frank Hawking, era un prominente biólogo.
El mayor de cuatro hijos, Stephen fue un alumno mediocre en Londres, si bien varios compañeros y maestros reconocieron su brillo innato.
Más tarde, en University College, Oxford, los estudios de matemáticas y de física le parecían tan fáciles que rara vez consultaba algún libro o tomaba notas. “No valía la pena esforzarse por nada”, dijo.
La única materia que le emocionaba era la cosmología debido a que, explicó, abordaba “la gran pregunta: ¿de dónde procede el Universo?”.
Al graduarse, se mudó a Cambridge.
Hawking llevaba varios años experimentando de vez en cuando debilidad y caídas. Poco después de cumplir 21 años, los médicos le dijeron que tenía esclerosis lateral amiotrófica. Le dieron menos de tres años de vida. 
Su primera respuesta fue una severa depresión. Luego, contra toda probabilidad, aparentemente la enfermedad se estabilizó. Aunque estaba perdiendo paulatinamente el control de sus músculos, aún podía caminar distancias cortas y realizar tereas sencillas, como vestirse y desvestirse. Sintió un nuevo sentido de propósito.
“Cuando uno afronta la posibilidad de morir joven”, recordó, “se da cuenta de que vale la pena vivir la vida y hay muchas cosas que quiere hacer”.
En 1965, se casó con Jane Wilde, una estudiante de lingüística. También tuvo que encontrar empleo, lo cual le dio el incentivo para trabajar a fin de doctorarse.
Sin embargo, su enfermedad le había quitado la capacidad para escribir las largas ecuaciones que los cosmólogos utilizan. Convirtió dicho obstáculo en un punto fuerte, dirigiendo su energía a grandes avances en el pensamiento, mismos que, años después, a menudo dejaba que otros codificaran matemáticamente.
Por necesidad, se concentró en problemas que pudieran abordarse a través de “imágenes y diagramas”, adoptando técnicas geométricas a efecto de estudiar la teoría de la relatividad de Einstein.
En 1974, Hawking Hawking fue nombrado investigador de la Sociedad Real, la organización científica más antigua del mundo; en 1982, se le otorgó la cátedra lucasiana de matemáticas en Cambridge, que alguna vez dio Isaac Newton.
El doctor Hawking también visitaba cada año el Instituto de Tecnología de California en Pasadena, el cual se convirtió en su segundo hogar. En 2008, se integró al Instituto Perímetro de Física Teórica en Waterloo, Ontario, como investigador huésped.
Hasta 1974. Hawking aún podía alimentarse solo y acostarse y levantarse. A insistencia de Jane, todas las noches subía la escalera arrastrándose hasta la recámara, apoyándose en las manos, a fin de preservar el tono muscular. A partir de 1980, lo cuidaban unas enfermeras.
Hawking conservó cierto control del habla hasta 1985. Pero durante un viaje a Suiza enfermó de neumonía. Los médicos preguntaron a Jane si deseaba que le retiraran el respirador artificial, pero ella se negó. A fin de salvarle la vida, los doctores le colocaron a Hawking un tubo para respirar. Él sobrevivió, pero perdió su voz para siempre.
Por un tiempo pareció que sólo podría comunicarse apuntando letras en un pizarrón. Pero el experto computacional Walter Woltosz le ofreció el programa Equalizer. Al oprimir un botón con el dedo, Hawking podía elegir en menús todas las letras y más de 2 mil 500 palabras.
Palabra por palabra, podía formar enunciados en la pantalla de la computadora y luego enviarlos a un sintetizador que los vocalizaba. Todo el aparato estaba adaptado a su silla de ruedas.
Cuando estuvo demasiado débil para mover un solo dedo, se comunicaba a través de la computadora con un rayo infrarrojo que activaba moviendo la mejilla derecha o parpadeando. El sistema se le adaptó para que pudiera abrir y cerrar puertas y usar el teléfono y el internet sin ayuda.
Su decisión de escribir “Breve historia del tiempo” se debió, dijo, a su deseo de compartir su emoción respecto a “los descubrimientos que se han hecho sobre el Universo” con “el público que pagó las investigaciones”.
También tenía la esperanza de ganar dinero para pagar la educación de sus hijos. Lo hizo. El extraordinario éxito del libro lo volvió rico, un héroe para las personas con necesidades diferentes e incluso más famoso.
La prensa siguió por años sus movimientos y actividades, desde visitar la Casa Blanca hasta conocer a las porristas de los Vaqueros de Dallas, divulgando sus opiniones en temas que iban desde la atención médica nacional hasta la comunicación con los extraterrestres.
En 1990, Hawking se divorció tras 25 años de matrimonio. Jane Hawking escribió dos libros acerca de sus años juntos. En uno de ellos se basó la película “La teoría del todo”.
En 1995, Hawking se casó con Elaine Mason, una enfermera que lo había cuidado desde que le dio neumonía. En 2004, periódicos británicos reportaron que la policía investigaba acusaciones de que Elaine había maltratado a Hawking, pero no se fincaron cargos y él lo negó. En 2006 se divorciaron.
Este miércoles los hijos de Hawking, Robert, Lucy y Tim, emitieron un comunicado sobre el deceso de su padre.
“Estamos profundamente tristes por el hecho de que nuestro amado padre falleciera el día de hoy. Fue un gran científico y un hombre extraordinario cuyo trabajo y legado perdurarán por mucho tiempo. Su valentía y perseverancia con su brillo y humor inspiraron a mucha gente alrededor del mundo. Siempre lo extrañaremos”.
Entre los numerosos tributos que recibió, en 1982 fue nombrado comandante del Imperio Británico. En verano de 2012 participó en la ceremonia inaugural de las Olimpiadas. Lo único que le faltó fue el Premio Nobel.

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