Internacional

Celebra Putin anexión a Crimea

Agencias

2018-03-14

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, celebró los cuatro años de la anexión formal de Crimea a Moscú, en el capítulo final de su campaña electoral.
En la ciudad de Sebastopol, Putin intervino brevemente en un mitin en el que pidió que se aceleren los trabajos para un puente que unirá la península con la Rusia continental a través del estrecho de Kerch.
"Estaría bien que la gente pudiera usarlo este verano. Confío en que se hará todo como corresponde, en plazo, o incluso antes", dijo el jefe del Kremlin al visitar la obra poco después de aterrizar en Crimea, a cuatro días de las elecciones presidenciales del próximo domingo.
"Hace cuatro años tomaron una decisión histórica. Gracias a su decisión, Crimea y Sebastópol volvieron al redil de nuestra patria común, la casa de nuestra Madre Rusia".
El puente de Crimea, por el que circularán tanto coches como trenes, será el más largo de toda Europa con una longitud de 19 kilómetros.
Por su parte, el oligarca ruso Arkadi Rottenberg, presidente de la constructora "Stroigazmontazh", que ejecuta obra, no tardó en anunciar a la prensa que la parte del puente destinada a los coches será entregada en mayo, seis meses antes del plazo previsto.
Los más de 10 mil obreros que trabajan en el proyecto prácticamente han concluido la construcción de la parte rodada, que gracias a sus cuatro carriles -dos en cada sentido- tendrá una capacidad para 40 mil vehículos al día.
La visita de Putin coincide con el aniversario de la anexión, tras la ocupación por parte de militares rusos de todos los puntos estratégicos de la isla a finales de febrero de 2014.
El 16 de marzo de ese año se realizó un referendo en el cual la mayoría de los votantes se pronunciaron por independizarse de Ucrania y unirse a Rusia.
Sin embargo, la legislación rusa ni la ucraniana reconocen el referendo como una vía para la independencia de una parte de su territorio. Crimea, de facto un territorio controlado por Rusia, sigue siendo parte de Ucrania según la legislación internacional.
Como en anteriores ocasiones, la Cancillería ucraniana recordó que cualquier visita a la "provisionalmente ocupada" Crimea de funcionarios rusos es una violación de la integridad territorial de Ucrania.
No obstante, ese es el menor de los problemas de Putin, que ve cómo sobre su país se avecina una nueva tormenta internacional y una nueva andanada de sanciones debido al "caso Skripal".
La primera ministra británica, Theresa May, cumplió hoy sus amenazas y expulsó a 23 diplomáticos rusos de Gran Bretaña, medida que podría ser secundada por otras como la congelación de activos y el cierre del canal ruso RT.
"Son diplomáticos rusos representantes de la agregaduría militar. La lista nos ha sido remitida. Ese personal debe abandonar el territorio británico en el plazo de siete días", dijo María Zajárova, portavoz de Exteriores.
Enfrascado en la recta final de la campaña, Putin aseguró esta semana que Rusia no entraría en conjeturas hasta que Londres aclarara lo ocurrido con Skripal, uno de los muchos rusos atacados o muertos en extrañas circunstancias en territorio británico en los últimos años.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, echó mano de la ironía al acusar hoy a Londres de actuar según el principio de que "la sospecha es la madre de todas las pruebas" y de que no ha presentado ningún argumento creíble.
"Sin la presentación de hechos concretos nos veremos obligados a responder a los abiertamente burdos intentos de confundir a la opinión pública internacional", insistió.
Aseguro que Rusia sigue dispuesta a responder a cualquier solicitud en caso de que esté en consonancia con la convención sobre la prohibición de armas químicas.
Le contradijo en cambio el jefe de la Agencia Federal Médico-Biológica de Rusia, Vladímir Uiba, quien aseguró que el agente nervioso "Novichok" (Novato) usado en el envenenamiento de Skripal y su hija Yulia- ambos todavía en estado crítico- no forma parte de la convención a la que aludió Lavrov.

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