El Diario de Juárez
2017-12-06
A pesar de las fuertes críticas procedentes de Medio Oriente y de los reproches por parte de los aliados estadounidenses, este miércoles el presidente Trump reconoció formalmente a Jerusalén como capital israelí y anunció los planes de trasladar eventualmente a esa ciudad la Embajada de Estados Unidos, decisión que cambia radicalmente décadas de política de ese país, publicó The Washington Post.
Varias naciones están advirtiendo que la medida podría empeorar las relaciones entre los palestinos y los israelíes y provocar inestabilidad en la región.
Antes del pronunciamiento de Trump, aliados de Estados Unidos como Gran Bretaña, Francia y Alemania lo habían criticado y cuestionado la sensatez de dicha medida. El martes el ministro alemán del Exterior, Sigmar Gabriel, dijo que la implementación de esas políticas por parte del gobierno de Trump era la razón por la cual han empezado a “quebrantarse” los vínculos tradicionales entre Estados Unidos y Europa.
“Todos sabemos el gran alcance del impacto que tendría esta medida”, dijo Gabriel. “La postura de Alemania sobre este tema no ha cambiado: la solución al problema de Jerusalén sólo puede encontrarse mediante negociaciones directas entre ambas partes. Todo lo que empeora la crisis resulta contraproducente”.
Este martes el presidente francés hizo eco de las palabras del funcionario alemán, al “reiterar que el estatus de Jerusalén debe resolverse a través de negociaciones de paz entre israelíes y palestinos”, de acuerdo con comunicado emitido por la Embajada de Francia en Washington.
El secretario de Relaciones Exteriores británico Boris Johnson manifestó asimismo que la medida podría afectar los esfuerzos por alcanzar la paz en la región. “Resulta claro que se trata de una decisión que vuelve más importante que nunca la presentación de las tan esperadas propuestas estadounidenses sobre el proceso de paz en Medio Oriente, y me parece que eso debe ser prioritario”, dijo el miércoles por la mañana Johnson de pie junto al secretario de Estado, Rex Tillerson, en la sede de la OTAN en Bruselas.
Quizá la mayor advertencia proceda de Suecia, cuya ministra del exterior Margot Wallström dijo que los cambios “obviamente van a dar paso a extensas consecuencias e inestabilidad. “Es catastrófico”, dijo Wallström.
El anuncio tuvo amplia cobertura informativa europea el miércoles, especialmente en países como Alemania, Francia y Gran Bretaña, donde en los últimos años han aumentado los incidentes contra los judíos —en parte debido a la intensificación de las tensiones entre Israel y los palestinos.
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