Internacional

Che, el ícono rebelde

Reforma

2017-10-09

Colombia— Medio siglo después de su muerte, la prensa oficial cubana animaba ayer a sus jóvenes militantes a ser como el Che Guevara con la misma insistencia de siempre.

"Seguimos preguntándonos si podemos imitar al guerrillero que se hizo latido y sol para muchos en el mundo", escribió el diario Juventud Rebelde.

La ola de homenajes en honor al guerrillero mítico recorren el mundo al cumplirse hoy medio siglo de su captura y ejecución.

Desde Bolivia, lugar de su muerte, a su natal Argentina, pasando por Venezuela y su Asamblea Nacional Constituyente. Hasta las FARC, en boca de su líder, Rodrigo Londoño, antes Timochenko, le quisieron recordar en Colombia una vez abandonada la lucha armada.

"Las ideas del Che siguen vivas entre los pueblos que resisten y luchan por la justicia social. Su heroísmo es ejemplo de los revolucionarios", dijo Londoño.

En el recuerdo quedan sus últimos días en las montañas bolivianas, en donde quiso extender la revolución triunfante en Cuba después de su periplo por varios países africanos y Checoslovaquia, tras abandonar el Gobierno de Fidel Castro. Hasta que fue ejecutado en La Higuera, el 9 de octubre de 1967.

Muchas proclamas, muchas banderas y millones de camisetas y carteles, incluso pasarelas de moda, tantas que entre los siempre bromistas cubanos de vez en cuando se transforma el grito de "Hasta la victoria siempre" en el irónico "Hasta la Victoria Secret".

¿Qué queda realmente más allá de festejos y de repulsas, como las expresadas por el exilio cubano ante uno de los principales "responsables" de las ejecuciones extrasumariales en Cuba? ¿Qué pesan más hoy? ¿Sus ideas, el símbolo que representa o el ícono tantas veces visto y repetido más allá del propio personaje, convertido en mártir y siempre envuelto en el misterio?

"Pesa más el ícono de una rebeldía que a veces no sabe que el contenido de sus luchas y de sus identidades no serían aceptadas por el Che real que murió", responde el pensador cubano Armando Chaguaceda.

"Han mantenido vivo al Che de forma forzada y desnaturalizada, convertido en el justificante de demasiadas cosas", añade.

"Persiste el ícono. Casi nadie sabe cuáles eran sus ideas más allá del romanticismo justiciero", sostiene Andrés Malamud, politólogo uruguayo, investigador en la Universidad de Lisboa.

El mito del Che permanecerá vivo al menos 300 años más, vaticina su hermano, presente en los fastos organizados por Evo Morales en Bolivia.

Pero, ¿cuál era realmente su credo político? Son decenas de autores los que se han lanzado a profundizar en las ideas del Che, más allá de los intereses políticos.

Uno de los estudios más interesantes lo acaba de firmar en Estados Unidos Sam Farber, académico izquierdista de origen cubano, con su libro The politics of Che Guevara.

"Su credo es una versión intelectualmente limitada del marxismo, fincada en el Tercer Mundo y voluntarista. Cercana al troskismo en cosas como la crítica a la burocracia y la defensa de la revolución mundial", resume Chaguaceda, quien no olvida la "comprensión errónea" que el Che tenía de la economía moderna.

"Más allá de pequeños aciertos en el tema de la contabilidad y la automatización", agrega.

Apartado por propia voluntad de la Revolución cubana, y más allá de las dudas sobre su verdadera relación con Fidel al dejar su Gobierno, un buen número de pensadores se ha planteado si el Che seguiría apoyando la dictadura cubana de seguir viviendo.

"Con él al mando, por supuesto. En caso contrario, no", concluye Malamud.

De momento en la isla sobrevive el mito del Che de diversas maneras, ya sea por la "propaganda constante" del Estado y el adoctrinamiento de una generación tras otra, además de por los afectos de quienes tuvieron vínculos personales con él, sintetiza Chaguaceda.

"Quizá no se pueda ser como él", destaca Juventud Rebelde, que de todos modos anima a intentarlo, ya que se trata de una "aspiración hermosa" a la que no se debe renunciar "por más romántica que parezca".

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