El Diario de Juárez
2017-10-05
Legolandia, el parque temático de la empresa juguetera Lego, atrae anualmente a unos 2 millones de visitantes al pequeño poblado de Billund en Dinamarca, en donde la empresa tiene sus oficinas centrales.
Pero hay un nuevo atractivo en ese lugar, dijo The New York Times.
La Casa Lego, que abrió sus puertas a finales de septiembre en Billund, es una enorme construcción de ladrillo que está en el centro del poblado y que es un santuario de los juguetes y un lugar en donde uno puede perderse.
Cada parte de la construcción, que tiene una superficie de 130 mil pies cuadrados, fue diseñada teniendo en mente los legos, desde el escalable exterior elaborado con ladrillos de Lego amarillos y azules, del tamaño humano, hasta su “árbol de la creatividad”, un edificio central de casi 50 pies de alto y 6.3 millones de ladrillos, es un homenaje a las raíces de Lego, que fueron juguetes de madera.
“Mi visión para esta casa fue la de crear una gran experiencia lego que mostrara verdaderamente las infinitas posibilidades que existen para jugar con nuestros ladrillos y nuestro sistema Lego”, comentó el dueño mayoritario del grupo empresarial, Kjeld Kirk Kristiansen, quien se encontraba en la entrada de la casa “y conjuntamos todas esas experiencias en una casa, la casa del ladrillo”.
Al subir por la escalera en espiral que está en el centro del edificio coloca a los visitantes en la Galería de Obras de Arte de las creaciones Lego, en donde las posibilidades del ladrillo destacan en las esculturas, incluyendo tres dinosaurios de 10 pies de alto.
Luego, los visitantes pueden visitar una de las zonas diseñadas para estimular la creatividad, comunicación, emoción y cognición.
Las personas que acudan a Billund pueden visitar la Casa Lego, sus terrazas, la Tienda Lego y tres restaurantes. Las nueve áreas de juego se encuentran en la parte superior del edificio, existe un patio a nivel del suelo y parques que son gratuitos y están abiertos al público, el diseño de la Casa Lego es como una plaza intramuros para la gente de Billund y también para los visitantes, comentó el arquitecto Bjarke Ingels.
Además de las zonas para experimentar y las áreas de juego para el público, la casa también incluye un Mini Chef, que es el primer restaurante Lego del mundo.
Se reciben las órdenes y se “prepara” la comida por unas mini figuras de chefs Lego que “viven” en cajas de iPads en cada mesa, según explicó nuestra anfitriona.
Los chefs, dijo, sólo hablan en ladrillo: para entenderlos, primero debemos construir nuestras comidas en la forma Lego.