The New York Times
2017-08-15
Pekín— En China, el hombre que amenaza con lanzarle misiles a Estados Unidos a menudo es ridiculizado como un mocoso mimado y regordete. En Estados Unidos, un senador lo definió como un “muchacho gordo y loco”. El presidente Donald Trump alguna vez lo llamó “loco de remate”.
Sin embargo, el blanco de todo este desdén, Kim Jong-un, el dirigente de 33 años de Corea del Norte, ha sido subestimado durante mucho tiempo.
Kim fue el menor de tres hijos, pero superó a sus hermanos en la sucesión de su padre, Kim Jong-il. Muchos analistas lo menospreciaron y lo calificaron como una figura decorativa sin experiencia cuando asumió el poder a los 27 años; algunos predijeron que no duraría mucho. Sin embargo, casi seis años después, no hay duda de que ejerce un control firme.
Ahora, en contra de todos los pronósticos, Kim se encuentra a punto de convertir a su aislada y empobrecida nación en una de las pocas en el mundo que pueden atacar a Estados Unidos con un misil nuclear. Lo cual sería un desafío no solo al gobierno estadounidense, sino también a las sanciones internacionales y a sus tradicionales aliados de Pekín.
Algunos han exhortado al presidente Trump a que inicie negociaciones con él. Sin embargo, no queda claro que Kim esté interesado en conversar o si hay algo que pudiera pedir a cambio de detener o abandonar su programa nuclear. Ha hecho que la construcción de un arsenal nuclear sea prioridad, con el argumento de que esta es la única manera en que Corea del Norte puede garantizar su seguridad y el desarrollo de su economía.
Los principales motivos de su decisión, como muchos detalles de su vida, son inciertos. Kim no ha viajado al extranjero ni tampoco ha recibido ninguna visita de Estado desde que tomó el poder. Apenas unas cuantas personas que no son de Corea del Norte han podido reunirse con él, entre ellas el exbasquetbolista Dennis Rodman, un chef de sushi japonés y los vicepresidentes de Cuba y China. Lo poco que se conoce de los antecedentes de Kim sugiere que es cruel y tiene cierta flexibilidad ideológica.
Algunos oficiales del servicio de inteligencia surcoreano afirman que ha ejecutado a una cantidad récord de altos mandos, entre quienes está incluido su propio tío, un personaje astuto y con influencia sobre las figuras de poder, que había sido considerado su mentor. También se cree que ordenó el asesinato de su medio hermano, quien fue envenenado con el agente neurotóxico VX en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur, en Malasia, el mes de febrero.
No obstante, también se le da crédito por flexibilizar los controles del Estado sobre la economía e impulsar un crecimiento modesto, así como por recuperar la confianza pública de la que disfrutaba el régimen dinástico en el periodo de su abuelo y que se perdió bajo el mando de su padre, cuya gestión se recuerda por una hambruna devastadora.
“Inteligente, práctico, decidido”, declaró Andrei Lankov, experto en Corea del Norte de la Universidad de Kookmin en Seúl, sobre Kim. “Sin embargo, también es caprichoso, malhumorado y está listo para matar sin titubeos”.
Un asunto sobre el que Kim no ha vacilado es el programa nuclear. Su padre ofreció la posibilidad de desecharlo a cambio de ayuda económica y garantías de seguridad, e incluso llegó a un acuerdo con el gobierno de Bill Clinton, pero Corea del Norte lo violó más tarde. Por su lado, Kim ha tomado una posición mucho más agresiva.
Tres de cinco pruebas nucleares de Corea del Norte se han realizado bajo su supervisión y hay evidencia de que se está preparando otra. Corea del Norte también ha realizado cerca de 80 ensayos con misiles bajo el gobierno de Kim, más del doble de los que se hicieron durante los mandatos de su padre y abuelo.
La nación logró avances importantes con las últimas dos pruebas de misiles, realizadas el 4 y el 28 de julio, las cuales, según los analistas, demostraron que los misiles balísticos intercontinentales con los que cuenta son capaces de atacar Alaska y, el más reciente, otras ciudades la costa oeste de Estados Unidos.
Los medios estatales de Corea del Norte mostraron que Kim se encontraba presente en las dos pruebas; llevaba un traje con cuello estilo mao, estaba rodeado de soldados y sonreía ampliamente.
Un misterioso heredero
Kim apareció por primera vez en los medios estatales de Corea del Norte en septiembre de 2010, poco más de un año antes de que sucediera a su padre como líder supremo. Los informes aseguraban que lo habían nombrado general de cuatro estrellas y que el Partido de los Trabajadores, el partido gobernante, lo había elegido vicepresidente de la Comisión Militar Central. Hasta entonces, no era claro si sucedería a su padre. El mundo exterior nunca había visto su foto de adulto.
Kim padre, quien gobernó Corea del Norte desde 1994 hasta su muerte en 2011, tuvo tres esposas y al menos seis hijos. Su primera esposa dio a luz a un niño en 1971, pero cayó en desgracia y murió en el exilio en Moscú. Su segunda esposa le dio dos hijas y ningún varón. La tercera esposa, Ko Yong-hui, una coreana nacida en Japón, cantante y bailarina, tuvo dos hijos y una hija.
A pesar de la partida de su madre, el hijo mayor, Kim Jong-nam, era considerado su heredero por muchos hasta 2001, cuando fue descubierto tratando de visitar Tokyo Disneyland con un pasaporte falso. Al parecer, luego se fue al exilio y vivía en Macao donde, de vez en cuando, hacía alguna crítica leve al régimen antes de ser asesinado en Malasia en febrero.