Internacional

El inesperado fin de una guerra secreta de la CIA en Siria

El Diario de Juárez

2017-08-03

El final llegó rápidamente para uno de los programas de acción encubierta más costosos en la historia de la CIA.
Durante una sesión informativa de la Casa Blanca que se efectuó a principios del mes pasado, el director de la CIA, Mike Pompeo, le recomendó al presidente Trump que diera por terminado un esfuerzo que duró cuatro años para armar y entrenar a rebeldes sirios.
El presidente dio por concluido rápidamente el programa.
En ese entonces, el ejército rebelde era muy débil, después de más de un año de ser bombardeado por aviones rusos y confinado a unas partes de Siria que cada vez eran más pequeñas y que las tropas del gobierno no habían reconquistado.
Los críticos del Congreso se habían quejado durante años de ese costo -más de mil millones de dólares durante el tiempo que duró el programa- además de haberse recibido reportes de que algunas de las armas que habían sido suministradas por la CIA habían terminado en manos de un grupo rebelde vinculado a Al Qaeda, eso debilitó aún más el apoyo para ese programa.
Aunque los críticos de Trump argumentaron que el presidente dio por terminado el programa para favorecer al presidente Vladimir V. Putin de Rusia, de hecho, hubo puntos de vista sobre el esfuerzo que hicieron tanto la Casa Blanca de Trump como la de Obama --- una rara confluencia de opinión sobre la política de seguridad nacional.
El cierre del programa de la CIA, que ha sido uno de los más caros para armar y entrenar rebeldes, lo cual no había ocurrido desde el programa que instituyó la agencia para armar a los muyahidines en Afganistán durante los años 1980, forzó que se reconocieran sus éxitos y fallas.
Sus oponentes aseguran que fue temerario, caro e inefectivo.  Los simpatizantes señalar que fue innecesariamente cauteloso, y que sus logros fueron destacados, tomando en cuenta que la administración Obama le aplicó muchas restricciones desde el principio, y ellos aseguran que finalmente eso provocó su falla.
El programa tuvo períodos de éxito, incluyendo en el 2015 cuando los rebeldes usaron misiles para destruir tanques, suministrados por la CIA y también Arabia Saudita, derrotando a las fuerzas del gobierno en el norte de Siria.
Sin embargo, a finales del 2015, la ofensiva militar rusa se enfocó directamente en los combatientes que luchaban contra las tropas del gobierno sirio, respaldadas por la CIA.
Muchos de los combatientes murieron y la suerte del ejército rebelde se revirtió.
Charles Lister, experto en Siria del Instituto de Medio Oriente, comentó que no le sorprendió que la administración Trump diera por terminado el programa, que armó y entrenó a miles de rebeldes sirios.
Se comparó con un programa del Pentágono que costó 500 millones de dólares que pretendía entrenar y equipar a 15 mil rebeldes sirios durante tres años, el cual fue cancelado en el 2015 después de producir sólo unas cuantas docenas de reclutas.
“De muchas maneras, podría culpar a la administración Obama”, comentó Lister acerca del programa de la CIA.

 

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