Internacional

¿China, nido de espías? Cómo se enfrenta Pekín a la CIA

AFP

2017-05-23

Pekín— Una cándida muchacha china enamorada de un pelirrojo con gafas... que resulta ser un peligroso espía. Es el tema de un 'cómic' divulgado en Pekín desde el año pasado, símbolo de los esfuerzos del gobierno contra el espionaje, sobre todo de Estados Unidos.
Aunque en este caso la heroína supera el trance, entre lágrimas y paternales reproches de la policía, otras historias pueden acabar mal. Entre fines de 2010 y 2012, China habría encarcelado o ejecutado a 20 agentes de la CIA, según un artículo publicado el domingo por el New York Times.
Un espía habría sido incluso abatido delante de sus colegas, a modo de advertencia para traidores potenciales.
Esta operación de "limpieza" se habría llevado a cabo en una época sensible, en víspera de la transición política que condujo al poder al actual presidente Xi Jinping.
Desde entonces, la prensa oficial denuncia regularmente la infiltración de "fuerzas extranjeras". Y una nueva ley refuerza la vigilancia de las ONG extranjeras, a menudo descritas por los medios estatales como oportunas coberturas para las actividades de espionaje de Estados Unidos.
Para implicar al público en general, el gobierno promete desde abril a los pekineses generosas recompensas para los informadores que contribuyan a desenmascarar a un espía.
Desde su llegada al poder a fines de 2012, Xi Jinping "insiste más que sus predecesores en el aparato de seguridad" observa desde Hong Kong el politólogo experto en China, Willy Lam.

154 espías
En 2015, cayeron por corrupción dos 'peces gordos': el jefe del aparato de seguridad Zhu Yongkang y el poderoso responsable del contraespionaje, Ma Jian.
La CIA habría reclutado a la mayoría de sus informadores durante los mandatos de estos dos hombres, según Willy Lam. "En la época era relativamente fácil comprar a individuos dentro del sistema, y obtener informaciones sensibles (...)" dice el politólogo.
Pero tras la "limpieza" de Xi Jinping, Washington "tiene más dificultades en usar los canales habituales para reclutar espías", añade Lam.
Pero, obviamente, el espionaje no se produce en un sentido único.
Desde el año 2000, Washington ha identificado a 154 espías chinos, declaró el año pasado David Major, un exagente del FBI. Según su declaración ante una Comision del Congreso de Estados Unidos, la mitad de ellos habían sido desenmascarados desde 2010.
Además, Washington sospecha que piratas informáticos chinos organizaron el robo de archivos de más de 20 millones de funcionarios estadounidenses.

'Derrocar al régimen'
Interrogado el lunes sobre el articulo del New York Times, el ministerio chino de Exteriores declaró no tener ningún comentario que hacer sobre "el ejercicio normal de las misiones oficiales de los organismos chinos encargados de seguridad".
"Las actividades de subversión constituyen un aspecto nocivo de las relaciones sino-estadounidenses" resume el historiador John Delury, profesor de la Universidad Yonsei en Seúl.
Desde la llegada al poder de los comunistas en 1949, "se han tomado muchas iniciativas clandestinas para derribar al régimen" asegura.
"El aparato chino encargado de la seguridad y de la inteligencia es enorme y dispone de grandes medios" subraya Paul Monk, especialista de los servcios secretos de Pekín. Y para Washington, ponerse al día sobre esas actividades chinas es ahora "la prioridad número uno", afirma.
Para ello, los norteamericanos deberían tener el inesperado apoyo de un valioso tránsfuga. El hermano de la mano derecha del expresidente Hu Jintao (2003-2013) huyó a Estados Unidos y se afirma que habría proporcionado a Washington algunos de los más sensibles secretos del Estado chino.

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