AFP
2017-04-10
Washington— El ataque con misiles que Estados Unidos realizó la semana pasada en una base aérea de Siria destruyó aproximadamente un quinto del poderío aéreo del gobierno de Bashar al Asad, aseguró ayer el secretario estadounidense de Defensa, James Mattis.
“La evaluación del departamento de Defensa es que el ataque dejó como resultado daños o la destrucción de depósitos de munición y combustibles, capacidad de defensa aérea y 20% de todos los aviones sirios operacionales”, expresó Mattis en una nota oficial.
De acuerdo con Mattis, “el gobierno de Siria perdió la capacidad de abastecer o restablecer el armamento” a la base aérea de Shayrat. Inclusive, las pistas de aterrizaje se tornaron inutilizables.
Mattis definió el ataque como una “respuesta medida” contra el alegado uso de armas químicas.
En tanto, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, advirtió a Siria que Trump podrá ordenar nuevos ataques como represalia si se verifica el uso de bombas de barril por parte de la tropas gubernamentales.
“Si arrojan gas a un bebé o lanzas una bomba de barril contra gente inocente, habrá una respuesta de este presidente”, aseguró el portavoz.
Se trata de la primera vez que la Casa Blanca hace referencia a las bombas de barril, un tipo de artefacto explosivo que arroja metralla sin dirección y suele provocar un gran número de víctimas.
Asad, niega que su Ejército use este tipo de arma.
Quieren que Rusia cese apoyo a Asad
Existe “una oportunidad” para convencer a Moscú de cesar su apoyo al presidente sirio, Bashar al Asad, concordaron ayer la primera ministra británica, Theresa May, y el presidente estadounidense, Donald Trump, en una conversación telefónica.
“La primera ministra y el presidente convinieron que existe una oportunidad de persuadir a Rusia de que su alianza con Asad ya no es un interés estratégico”, dijo una portavoz de la oficina de May.
La conversación tiene lugar una semana después de que un presunto ataque químico atribuido al régimen de Bashar al Asad dejara al menos 87 civiles muertos.
Estados Unidos respondió al ataque bombardeando una base aérea del ejército sirio.
Reino Unido “apoya plenamente” los bombardeos estadounidenses y ambos países han presionado a Rusia para que no siga sosteniendo al régimen sirio, con la cancelación de la visita del ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, a Moscú, como ejemplo.
Damasco negó haber perpetrado el ataque químico y el presidente ruso, Vladimir Putin, consideró las represalias estadounidenses como “una agresión contra un Estado soberano”.
La guerra en Siria, que en marzo entró en su séptimo año, ha dejado ya más de 320 mil muertos.