Associated Press
2017-04-05Beirut— El apesadumbrado padre tomó en sus brazos a sus gemelos de 9 meses, Aya y Ahmed. Mientras contenía las lágrimas, acarició su cabello y musitó “Di adiós bebé, di adiós” a sus cuerpos sin vida.
Después, Abdel Hameed Alyousef los llevó al cementerio donde estaban siendo sepultados 22 miembros de su familia. Cada rama del clan tuvo su propia fosa.
Al menos 86 personas, incluidos 30 niños y 20 mujeres, murieron en el ataque con armas químicas registrado el martes en el poblado sirio de Khan Sheikhoun, y la cifra podría aumentar. La familia de Alyousef, uno de los principales clanes del poblado, fue la más afectada.
Abdel Hameed Alyousef no sólo perdió a sus dos niños, también a su esposa y a dos hermanos, dos sobrinos y una sobrina.
Ayer, activistas y rescatistas encontraron más sobrevivientes aterrorizados escondidos en refugios cerca del lugar del desgarrador ataque, uno de los más letales de la cruenta guerra civil siria.
Además de las decenas de muertes, el ataque en Khan Sheikhoun provocó que muchas personas presentaran dificultades para respirar y se convulsionaran en las calles.
Diversos videos mostraban a médicos voluntarios utilizando mangueras para retirar las sustancias químicas de los cuerpos de las víctimas. Perturbadoras imágenes de niños muertos apilados reflejan la magnitud de la agresión, que evocó una similar de 2013 que causó centenares de fallecidos y fue la peor de las registradas en la guerra civil que dura ya seis años.
Médicos sirios dijeron que la alta mortalidad y la gravedad de los síntomas hacen presumir que se trata de una combinación de gases tóxicos.
Las víctimas del ataque parecían mostrar síntomas que coincidían con la exposición a un agente nurotóxico, señaló la Organización Mundial de la Salud.