Internacional

Escapan 158 de penal tras ataque de rebeldes en Filipinas

Associated Press

2017-01-03

Kidapawan, Filipinas– Alrededor de 160 reos huyeron después que presuntos rebeldes musulmanes tomaron por asalto una cárcel en el sur de Filipinas antes del amanecer del miércoles. Al menos seis personas fallecieron por disparos durante la balacera entre fuerzas gubernamentales y atacantes, según funcionarios.
Un guardia murió y un reo resultó herido en la balacera que se registró cuando decenas de hombres armados entraron por la fuerza en la cárcel del distrito de Cotabato Norte, en la ciudad de Kidapawan, en una de las fugas más numerosas de los últimos años en el país, explicó el alcaide interino de la provincia, John Bongngat Jr. Kidapawan, en la región de Cotabato, está a unos 930 kilómetros (580 millas) al sureste de la capital, Manila.
Los disparos continuaron durante horas tras el ataque, mientras soldados y policías, algunos en tanques blindados, recorrían los bosques buscando a los 158 reos huidos y a los pistoleros que los liberaron, explicaron Bongngat y el jefe policial de Kidapawan, Leo Ajero.
Entre los asaltantes, fuertemente armados, se sospecha que hay miembros del ilegalizado Movimiento Islámico para la Libertad de Bangsamoro y de guerrillas escindidas del Frente Moro de Liberación Islámica, que firmó un acuerdo de paz con el gobierno, agregó Bongngat.
De los seis fallecidos en el tiroteo, al menos cinco eran fugitivos, señalaron funcionarios agregando que otros seis huidos fueron apresados.
En la cárcel había más de mil 500 reos, incluyendo miembros de Bangsamoro que enfrentan cargos por asesinato por una serie de atentados en la provincia, según funcionarios. Este fue el tercer ataque al penal provincial desde 2007.
El líder local Alexander Austria dijo a The Associated Press por teléfono que él y sus hombres atraparon a uno de los que escaparon.
Los disparos despertaron a su comunidad, que se ubica a varios kilómetros de la prisión, y que de inmediato colocó guardias por temor a que los atacantes y los reos pudieran entrar en el poblado, explicó.
“Escuchamos los disparos y entramos en acción para proteger nuestra aldea”, declaró Austria. “Teníamos miedo de que los fugitivos pudieran intentar entrar para esconderse o tomar rehenes”.

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