AFP
2016-12-02
Medellín, Colombia— Los cuerpos de las víctimas del accidente aéreo en Colombia que dejó 71 muertos, casi todos miembros del club Chapecoense, eran repatriados ayer, en su mayoría a Brasil, donde se preparó un funeral masivo.
“Lo que más se quiere ahora es salir para casa, llevar a nuestra casa a nuestros amigos y hermanos, porque la espera es la peor cosa que se tiene”, dijo Roberto Di Marche, primo del fallecido directivo del cuadro brasileño Nilson Folle Junior.
Moisés Santos, jugador del “Chape” que no viajó con el equipo porque estaba lesionado, aseguró que sus compañeros y amigos fallecieron por negligencia del piloto Miguel Quiroga. “Mis amigos fueron asesinados, no fue un accidente”, mencionó el brasileño de 25 años de edad en una entrevista publicada por Daily Mail, agregando que: “El único culpable de esto es el piloto, nadie más”.
‘Estoy en shock’
Las seis personas que sobrevivieron milagrosamente al choque –tres futbolistas y un periodista brasileños y dos tripulantes bolivianos– permanecen internados en clínicas cerca de Medellín.
“Estoy en shock”, dijo Ximena Suárez Otterburg, la azafata boliviana. “Dios, no puedo explicar el dolor que siento”, escribió en su cuenta en Facebook desde la Clínica Somer de Rionegro.
Ayer se conoció un video en el momento en que la policía colombiana rescata al técnico boliviano Erwin Tumiri, también hospitalizado en la Clínica Somer.
“¡Alex! ¡Ángel!¡David! ¿Dónde está mi tripulación”, grita el hombre, visiblemente desorientado, a los policías que le piden que guarde energía y no se desgaste, mientras lo evalúan y trasladan a un centro médico.
Además de Suárez y Tumiri, sobrevivieron los defensores Alan Ruschel y Hélio Neto, y el guardameta Jackson Follmann, así como el periodista Rafael Henzel.
El propio presidente boliviano Evo Morales pidió en una rueda de prensa investigar todo lo relacionado con la compañía aérea.
Morales aseguró que no interferirá en la investigación de la empresa LaMia, cuyo director general, Gustavo Vargas, fue piloto del mandatario durante su presidencia pero también en los años 1980, cuando era dirigente sindical.
Vargas ya admitió que la nave incumplió el plan de reabastecimiento de combustible en Cobija, ciudad boliviana fronteriza con Brasil, o en Bogotá.
“No sé exactamente qué pasó, qué hizo o qué no hizo. Lo único que sé es que (él y el piloto) estaban preocupados por salvar las vidas, nada más”, dijo en entrevista con la AFP, Bruno Goytia Gómez, hijo de 18 años del copiloto del accidentado avión, Ovar Goytia.