Internacional

Amenaza cambio climático a Alaska

Reforma

2016-11-30

Ciudad de México– En un sueño, azotó una tormenta y Betsy Bekoalok vio cómo se desbordaba el río a un lado de la aldea y se elevaba el mar al otro lado, con el agua devorando las casas de colores brillantes, los botes pesqueros y las cuatrimotos, la escuela y la clínica.

Los esquimales inupiat que durante siglos han cazado y pescado en la costa oeste de Alaska creen que algunos sueños son augurios de cosas que van a suceder.

Sin embargo, aquí en Shaktoolik, no se necesita ser profeta para predecir inundaciones, sobre todo durante las tormentas de otoño.

Situada en una estrecha franja de arena entre el Río Tagoomenik y el Mar de Bering, la aldea de unos 250 habitantes enfrenta una amenaza inminente de cada vez más erosión e inundaciones, señales del cambio climático.

Con su proximidad al Ártico, Alaska se está calentando unas dos veces más rápido que el resto de Estados Unidos y el Estado se enfila al año más caluroso que se tenga registrado, según publicó The New York Times.

El Gobierno ha identificado al menos 31 pueblos y ciudades de Alaska en riesgo inminente de destrucción, con Shaktoolik clasificándose entre los primeros cuatro.

Algunas aldeas, predicen expertos en cambio climático, serán inhabitables para el 2050, con sus residentes uniéndose a un flujo de refugiados climáticos por todo el mundo, en Bolivia, China, Níger y otros países.

Estas comunidades alaskeñas en peligro enfrentan una decisión. Podrían trasladarse a terreno más alto, una posibilidad dolorosa para una aldea pequeña que podría costar hasta 200 millones de dólares. O podrían mantenerse firmes y esperar obtener los recursos para reforzar sus edificios y apuntalar sus costas.

Al menos otras dos aldeas en la costa oeste, Shishmaref y Kivalina, han votado a favor de reubicarse si es que pueden hallar un sitio adecuado y el dinero para hacerlo. Una tercera, Newtok, en el delta del Yukón-Kuskokwim más al sur, ha tomado los primeros pasos para un traslado.

Sin embargo, tras años de reuniones que no resultaron en nada y súplicas para recibir financiamiento gubernamental que no fueron satisfechas, Shaktoolik ha decidido "quedarse y defenderse", al menos por ahora, señaló el Alcalde Eugene Asicksik.

En Shaktoolik, igual que en otras aldeas por todo el Estado, los residentes indican que el invierno está llegando más tarde que antes y se apresura prematuramente a la primavera, un cambio que los científicos vinculan al cambio climático. Con las crecientes temperaturas oceánicas, están disminuyendo la nieve y el hielo marítimo que normalmente protegen a la aldea de mareas de tempestad y de oleaje intenso.

El azote de las tormentas ha consumido la tierra alrededor de la aldea, que ocupa 2.8 kilómetros cuadrados en una franja de 5 kilómetros de tierra. De acuerdo con una estimación, esa franja está perdiendo un promedio de 3 mil 500 metros cuadrados al año. La inundación del mar y de las aguas crecidas de los ríos se ha vuelto tan grave que la última tormenta fuerte estuvo a punto de convertir a Shaktoolik en una isla.

Como Shaktoolik y otras aldeas amenazadas han descubierto, tanto quedarse como mudarse conlleva riesgos.

El proceso de reubicación puede tomar años o incluso décadas. Mientras tanto, los residentes aún necesitan enviar a sus hijos a la escuela, ir al médico cuando están enfermos, tener tuberías de agua y tanques de combustible funcionando y un lugar seguro a dónde acudir cuando pegue una tormenta severa.

No obstante, pocas dependencias gubernamentales están dispuestas a invertir en mantener aldeas amenazadas por erosión e inundaciones, sobre todo cuando las comunidades planean marcharse a otro lado.

Los líderes de Shaktoolik han identificado un sitio potencial de reubicación unos 18 kilómetros al sureste, cerca de las faldas de las colinas. Pero algunos residentes dicen temer que su cultura, que depende de la caza y la pesca, se verá afectada si se mudan. Y Edgar Jackson Sr., un ex Alcalde, indicó que el Gobierno rechazó solicitudes de recursos para construir una carretera que serviría para llevar material de construcción a su nuevo hogar y también como ruta de evacuación.

"La llamamos carretera de 'evacuación' y carretera de 'reubicación'", dijo Jackson. "A los Gobiernos estatal y federal no les gustaron esas dos palabras".

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