Internacional

El mal no puede cerrar nuestra iglesia: reverendo

AFP / AP

2015-06-21

Columbia— La histórica iglesia de la comunidad afroamericana de Carolina del Sur donde esta semana un supremacista blanco asesinó a nueve afroamericanos, celebró su primer servicio luego de la masacre del miércoles, una emotiva ceremonia en honor de las víctimas.
“Gracias a Dios, Aleluya, que el diablo no puede controlarlos a ustedes y el diablo no puede apoderarse de su iglesia”, dijo el reverendo John Gillison.
“Esta es nuestra casa de culto”, agregó el reverendo Norvel Goff. “Las puertas de la iglesia están abiertas, alabado sea Dios”.
“Ningún malhechor, ningún demonio en el infierno o sobre la Tierra puede cerrar las puertas de la iglesia de Dios”.
Cientos de feligreses, algunos en lágrimas, colmaban la Iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel para el oficio religioso, celebrado por un pastor visitante, ya que el de la congregación se cuenta entre los asesinados por Dylan Roof, un supremacista blanco de 21 años que declaró buscar una guerra racial.
Se trata de la primera ceremonia que se realiza en la Emanuel African Methodist Episcopal Church, la más antigua iglesia de la comunidad afroamericana de Charleston y símbolo de la lucha por los derechos civiles, luego del baño de sangre sufrido la noche del miércoles. La iglesia reabrió sus puertas el sábado.
El sábado, miles de personas marcharon en Columbia, la capital de Carolina del Sur, ante el Parlamento local, donde la bandera confederada continúa ondeando, mientras las de Estados Unidos y del estado están a media asta.
“Bájenla”, gritaban los manifestantes, que entonaron “We Shall Overcome”, un emblemático canto de las marchas por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos, y enarbolaron pancartas en las que exigieron el retiro del símbolo de la Confederación durante la guerra civil, una medida que sólo puede ser tomada por el parlamento local.
Más de 370 mil personas firmaron una proclama en el sitio MoveOn.org en el que denuncian a la bandera confederada como “un símbolo de la rebelión y del racismo” y llaman a construir “unos mejores Estados Unidos”.
Durante varios minutos, el sofocante cielo de Charleston en duelo vibró con un intenso sonido: los campanarios en lo alto y los instrumentos que llevaban algunos pequeños, todo repiqueteó y tintineó al unísono en un homenaje a las nueve personas asesinadas.
Los templos de todas denominaciones en Charleston acordaron repicar sus campanas a las 10 a.m. con el propósito de enviar un mensaje sanador de unidad y amor al mundo.
De pie a la sombra de la Iglesia Luterana San Mateo, a menos de una cuadra de distancia de la iglesia “Madre Emanuel”, Kelly Nix dijo que el acontecimiento le había dado gran consuelo.
“Se trata de la gracia, de escuchar las campanas y ser parte de una comunidad que amamos”, señaló con lágrimas rodando por sus mejillas mientras sus hijas gemelas, Lana y Margeaux, que cumplirán dos años el viernes, corrían alrededor con vestidos blancos iguales. “Y de la búsqueda de la gracia y la fe en un tiempo en el que se piensa en cosas inconcebibles”.
Si la intención de Roof fue defender la segregación, el acontecimiento del domingo recalcó su fracaso.
A menos de una manzana de la iglesia Emanuel, varios cientos de personas se reunieron en Marion Square Park, en la que destaca una estatua de John C. Calhoun, un político defensor de la esclavitud que representó a Carolina el Sur en la Cámara de Representantes y el Senado en la primera mitad del siglo XIX.
El parque está flanqueado por las torres que terminan en punta de la Iglesia luterana San Mateo y la Iglesia Bautista Citadel Square.
Bajo un sol resplandeciente, la multitud realizó un servicio religioso en el que participaron diversas denominaciones de culto; algunas personas permanecieron sentadas sobre mantas y sillas plegables bajo sombrillas y tiendas de campaña.
Otras vistieron camisetas con los rostros de las víctimas asesinadas en la iglesia Emanuel. (AFP/AP)
 

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