Associated Press
2015-06-18
Ciudad del Vaticano— Con el lirismo de un poeta, la precisión de un químico y la fuerza moral de un Pontífice, Francisco replanteó ayer en términos éticos la relación que la humanidad debe tener con la naturaleza, con la esperanza de propiciar que el mundo, sucio y en calentamiento, sanee sus actividades “antes de que sea demasiado tarde”.
Con su encíclica sobre el cambio climático “Laudato Si”, que había suscitado gran expectativa, el Papa presentó un extraordinario enfoque sobre un problema ambiental a menudo encasillado en el lenguaje árido de la ciencia.
El documento de enseñanzas de Francisco es una crítica melódica aunque radical que describe una sociedad materialista y despilfarradora que está lastimando al planeta y perjudicando a los más pobres.
Francisco desafía al mundo a que detenga la contaminación, recicle, comparta los vehículos privados y no use aire acondicionado, y convierte sus propuestas en un imperativo moral.
“La explotación del planeta ya ha rebasado los límites aceptables y aún no hemos resuelto el problema de la pobreza”, escribió.
La encíclica se da a conocer en momentos en que el mundo se acerca al momento crucial de las negociaciones internacionales sobre el cambio climático que comenzarán a finales de año en París.
Ciudad del Vaticano– “Este es un momento fundamental en la historia del mundo porque el papa es ahora la principal voz global sobre el cambio climático”, dijo el prominente historiador de la Universidad Rice, Douglas Brinkley, quien ha escrito sobre temas eclesiásticos y ecológicos. “El Papa imprime una influencia extraordinaria... a la protección de los recursos naturales”.
Francisco expresó confianza en que su documento propicie un cambio total de pensamiento y sentir tanto en los civiles como en los líderes políticos que asistan a las reuniones sobre cambio climático en París, y los exhortó a escuchar “el lamento de la Tierra y el lamento de los pobres”.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que convirtió el cambio climático en su máxima prioridad desde que asumió el mando del organismo mundial hace ocho años y medio, agradeció al Papa “por adoptar una posición muy firme sobre la necesidad de emprender una acción global urgente”. En cierta forma, la encíclica y sus oraciones sirven de invocación a las conversaciones sobre el clima.
“Mientras nos preparamos para las negociaciones sobre el clima global que tendrán lugar en diciembre en París, confío en que todos los gobernantes del mundo –y todos los hijos de Dios– reflexionen sobre el llamado del papa Francisco a que nos unamos en el cuidado de nuestro hogar común”, declaró el presidente Barack Obama en un comunicado emitido el jueves.
Datos científicos difundidos ayer respaldaron las preocupaciones de Francisco. La Administración Nacional para los Océanos y la Atmósfera de Estados Unidos dio a conocer que el mes pasado fue el mayo más caliente en el mundo en 136 años de registros. La agencia calculó además que los primeros cinco meses de 2015 conforman, por mucho, el año más caliente que se tiene documentado, con efectos sumamente reales: en India han muerto unas 2.200 personas a causa de la ola de calor.
Aunque la encíclica suscitó elogios de líderes eclesiásticos, científicos y políticos, algunos católicos de tendencia política conservadora criticaron el análisis económico del documento y algunos políticos republicanos dijeron que la religión no tenía cabida en la política relacionada con el clima. (Associated Press)