Internacional

Resurge rechazo a Rusia tras bombardeo rebelde en Ucrania

AFP

2015-01-25

Mariupol— El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió este domingo que aumentará la presión a Rusia, tras la muerte de 30 civiles en bombardeos atribuidos a rebeldes separatistas prorrusos contra el estratégico puerto de Mariupol.

"Estamos muy preocupados por las últimas violaciones del alto el fuego" en Ucrania, dijo Obama durante una rueda de prensa en Nueva Delhi. "Y de la agresión cometida por separatistas con apoyo ruso, material ruso, financiamiento ruso y tropas rusas", remató.

El presidente prometió "aumentar la presión a Rusia" en coordinación con otros países occidentales, en alusión a medidas económicas y diplomáticas, pero volvió a excluir una "confrontación militar" con Moscú.

En esta línea, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, anunció en un tuit la reunión el próximo jueves de los cancilleres de la Unión Europea para abordar la situación en Ucrania. Muchos de los países miembros piden incrementar las sanciones contra Rusia, a la que acusan de apoyar a los prorrusos.

En Kiev, el gobierno ucraniano exigió la convocatoria de una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que en un encuentro celebrado el sábado no pudo aprobar una resolución sobre Mariupol por la imposición del veto ruso, según diplomáticos occidentales.

Convoca UE a reunión extraordinaria

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, anunció este domingo la convocatoria de una reunión extraordinaria de los cancilleres de la Unión Europea (UE) el jueves para abordar la situación en el este de Ucrania, donde los separatistas prorrusos lanzaron recientemente una nueva ofensiva.

"Convoqué una reunión extraordinaria de los ministros de Relaciones Exteriores el próximo jueves consagrada a la situación en Ucrania", anunció Mogherini en un mensaje publicado en su cuenta Twitter.

La oficina de la jefa de la diplomacia europea confirmó a la AFP que varios Estados miembros solicitaron esta reunión, tras el bombardeo por los separatistas del puerto estratégico de Mariupol. Algunos miembros de la UE acusan a Rusia de apoyar a los prorrusos y piden mayores sanciones.

Mogherini advirtió el sábado que este recrudecimiento del conflicto provocaría "inevitablemente un grave deterioro de las relaciones entre la UE y Rusia".

Apoyo de Rusia

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, atribuyó a los separatistas, "terroristas que recibieron apoyo de Rusia", la matanza del sábado en Mariupol y dijo basarse en llamadas telefónicas interceptadas por Kiev.

Kiev denuncia desde principios de esta semana la entrada de batallones rusos en territorio de Ucrania, y numerosos ataques contra posiciones del ejército ucraniano.

"La agravación de la situación es el resultado de disparos permanentes de las fuerzas ucranianas contra localidades pobladas, en flagrante violación de los acuerdos (de paz) de Minsk", respondió, no obstante, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, en una conversación con su homólogo estadounidense, John Kerry, según la cancillería rusa.

Pese a este clima de tensión, el presidente Poroshenko reiteró este domingo que no hay alternativas a los acuerdos de paz de Minsk firmados con los separatistas prorrusos.

"Ucrania es partidaria de una solución pacífica del conflicto. No vemos alternativa a los acuerdos de Minsk", afirmó tras el consejo de Seguridad Nacional.

Gran preocupación del Papa

El papa Francisco expresó por su lado su "gran preocupación" por la "agravación de los conflictos" en el este de Ucrania y pidió "la reanudación del diálogo", durante la oración del Ángelus este domingo.

Las banderas permanecían este domingo a media asta en toda Ucrania, donde Poroshenko decretó una jornada de duelo nacional.

En Mariupol, en el lugar de los bombardeos, custodiado por soldados, los habitantes acudían el domingo para constatar los daños.

El coche de Yulia Kuzmina, de 27 años, que residía en Donetsk, el feudo rebelde, y se mudó a Mariupol para "estar tranquila", fue destruido por esquirlas de explosivos, que también dañaron su apartamento.

"Estaba en casa, corrí hacia la escalera para bajar, si no lo hubiera hecho, habría podido morir o resultar herida por las esquirlas" de las bombas, relata a la AFP.

Mariupol es la última gran ciudad del este separatista aún bajo control de Kiev.

Según los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) presentes en Mariupol, los cohetes lanzados contra esta ciudad procedían de dos localidades controladas por los separatistas.

La conquista de Mariupol, ciudad industrial de medio millón de habitantes ubicada al borde del mar de Azov, le permitiría a Rusia y a los rebeldes crear un puente terrestre hacia Crimea, península ucraniana anexionada por Moscú en marzo.

Este sangriento ataque se produce pocos días después de que el ejército ucraniano abandonara el aeropuerto de Donetsk que controlaba desde hace meses, lo que ya supuso otro giro en este conflicto que ha dejado más de 5.000 muertos en nueve meses.

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