Associated Press
2014-12-29
Asunción, Paraguay— Un paraguayo de 71 años, ex obrero de la hidroeléctrica Itaipú, se convirtió en la quinta persona en crucificarse frente a la Embajada de Brasil en Asunción en demanda del pago retroactivo de beneficios sociales que le adeudan empresas contratistas que construyeron la usina.
"Vivo humildemente con mi familia en Ciudad del Este (a 340 kilómetros de Asunción), pero por mi edad no puedo hacer grandes trabajos'', relató Pablo Garcete, quien decidió sumarse a la protesta que llevan adelante desde hace varios días tres hombres y una mujer.
"Acompaño a mis compañeros en este sacrificio esperando que los Gobiernos de Paraguay y Brasil realicen algún tipo de acción para pagarnos. Yo trabajé en los años 70 y 80 para dos empresas contratistas paraguayas que se guiaron por protocolos sociales establecidos por Itaipú''.
Los otros crucificados desde el 8 de diciembre son Roque Samudio, de 58 años; Gerardo Orué, de 49, y Roberto González, de 61. El 16 de diciembre se les unió Rosa Cáceres, de 52 años.
Antes de clavarse en los maderos, los manifestantes recibieron una dosis de anestesia local por parte de Miguel Samaniego, otro ex obrero quien tuvo apenas un par de clases de primeros auxilios.
"En este reclamo no tiene participación Itaipú porque esos compatriotas fueron ex obreros de empresas contratistas'', dijo sobre la protesta Abel Giménez, gerente de prensa de Itaipú.
"Ellos firmaron un acuerdo laboral con las compañías constructoras, no con la entidad binacional Itaipú (administrada por Paraguay y Brasil).
Sin embargo, Carlos González, líder de la agrupación que reclama los beneficios sociales adeudados, explicó que el acuerdo binacional firmado en 1973 entre los Gobiernos de Paraguay y Brasil estableció que los empleados de empresas contratistas de ambas naciones debían recibir los mismos beneficios, sin discriminación y sin variación.
Según González, sólo los obreros brasileños recibieron pagos por alimentación, antigüedad laboral y productividad, ente otros.
Agregó que cada uno de los 9 mil ex obreros paraguayos debería recibir alrededor de 40 mil dólares en diferentes conceptos.
"Otros 20 compañeros están listos para crucificarse hasta que nos paguen'', aseveró.
Por su parte, el Gobierno del presidente Horacio Cartes no comentó sobre el reclamo.