Internacional

Franciscanos, al borde de la quiebra

Agencias

2014-12-19

Ciudad del Vaticano— La histórica congregación religiosa de los Franciscanos quedó al borde de la bancarrota por operaciones descontroladas e inversiones en sociedades de dudosa credibilidad, algunas de ellas ligadas al tráfico de armas y drogas.
El escándalo fue reconocido por el superior de la Orden de los Frailes Menores, el ministro general Michael Perry, en una carta que envió esta semana a todos los miembros del instituto religioso y en la cual reconoce la gravedad del escándalo.
“Parece que ha habido una serie de transacciones financieras dudosas, lideradas por hermanos a los que se les había sido confiado el cuidado del patrimonio de la orden, sin el pleno conocimiento y consentimiento del anterior y del actual definitorio general”, escribió Perry.
“El alcance y la importancia de estas operaciones han puesto en grave peligro la estabilidad financiera de la Curia general. Estas operaciones dudosas involucran diferentes personas que no son franciscanos, pero que parecen haber jugado un papel central en el asunto”, agregó.
Todo explotó en septiembre pasado, luego que la justicia suiza secuestró algunos depósitos realizados por la congregación por algunas decenas de millones de euros y que habían sido invertidos en algunas empresas investigadas por tráficos ilícitos.
La noticia llegó rápidamente a oídos del Papa, entre otras cosas porque las operaciones que provocaron la crisis tuvieron lugar cuando era ministro general el español José Rodríguez Carballo, actual cercano colaborador de Francisco como secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Religiosa del Vaticano.

Ciudad del Vaticano— Por esas fechas, como informó Perry, el Definitorio general (el máximo órgano de gobierno de la orden), comenzó una investigación interna sobre las actividades financieras realizadas por la Oficina del Ecónomo general de la misma congregación.
Poco después –en octubre– el ecónomo, el padre Giancarlo Lati, renunció tanto a su puesto como a su cargo de representante legal.
Oficialmente se había dicho que su salida era “por motivos de salud”, pero para entonces ya un grupo de abogados especialistas estaba estudiando la situación.
Los franciscanos supieron de estos cambios a través de la página web de la orden, sin mayores explicaciones.
En ese tiempo, se informó que el viceecónomo, Silvio De La Fuente, comenzó a actuar como ecónomo, mientras otros hermano había sido nombrados como representante y un tercero, Pasquale Del Pezzo, como “delegado especial” del ministro general para los asuntos económicos.
Simultáneamente un grupo de tres hermanos comenzó una investigación a fondo para verificar la situación económica de la Curia general, examinar los sistemas de vigilancia administrativa interna y estudiar todas las actividades del ecónomo, de 2003 a la fecha, para identificar operaciones sospechosas.
El resultado fue desastroso. “En primer lugar, la Curia general se encuentra en una situación grave, subrayo grave, dificultad financiera, con una gran cantidad de deudas”, confesó Perry.
“En segundo lugar, se ha encontrado que los sistemas de vigilancia y de control financiero de la gestión del patrimonio de la Orden eran o demasiado débiles o poco libres, con la inevitable consecuencia de su falta de eficacia con respecto a la preservación de una administración responsable y transparente”, agregó.
Denunció además el “papel significativo” que han tenido en esta grave situación “algunas personas externas”, que no son miembros de la orden.
En su documento, el ministro Perry no dio detalles ni de las operaciones que llevaron a la congregación al borde de la bancarrota, ni se refirió a las investigaciones de la justicia suiza y que fueron difundidas por la prensa italiana.
Según trascendió, la crisis habría sido alimentada por la construcción de “Il Cantico”, un lujoso hotel establecido sobre el edificio de la Curia general ubicado a escasos 500 metros del Vaticano.
En su carta, el superior reconoció que, para arrojar luz sobre todo el problema, el Definitorio general decidió por unanimidad solicitar la intervención de las autoridades civiles, es decir la magistratura italiana.
Hizo un llamado a todas las provincias de la congregación para que ayuden financieramente al gobierno central. (Agencias)

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