Internacional

Invita Papa Francisco a evitar ‘autodestrucción’ de la Tierra

AFP

2014-11-20

Roma— El papa Francisco invitó ayer a la comunidad internacional a “cuidar la hermana y madre Tierra” para evitar su “autodestrucción” y defendió un desarrollo “ecuánime” que garantice alimentos para todos ante los asistentes a la Segunda Conferencia sobre la Nutrición de la FAO.
En su primera visita a la sede central la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en Roma, el papa argentino, que habló a la asamblea después de la reina española Letizia, se refirió a uno de los asuntos que más le preocupan: el hambre en el mundo.
“Hoy día se habla mucho de derechos, olvidando con frecuencia los deberes; tal vez nos hemos preocupado demasiado poco de los que pasan hambre”, lamentó al iniciar su intervención.
“Duele constatar además que la lucha contra el hambre y la desnutrición se ve obstaculizada por la ‘prioridad del mercado’ y por la ‘preminencia de la ganancia’, que han reducido los alimentos a una mercancía cualquiera, sujeta a especulación, incluso financiera”, lamentó.
“Y mientras se habla de nuevos derechos, el hambriento está ahí, en la esquina de la calle, y pide carta de ciudadanía, ser considerado en su condición, recibir una alimentación de base sana. Nos pide dignidad, no limosna”, clamó.
Vestido con su tradicional sotana blanca, interrumpido en varias ocasiones por los aplausos, Francisco recordó que 22 años después de la primera cumbre contra el hambre celebrada en la FAO en 1992, “la paradoja de la abundancia” sigue vigente: “Hay comida para todos, pero no todos pueden comer, mientras que el derroche, el descarte, el consumo excesivo y el uso de alimentos para otros fines, están ante nuestros ojos”, recalcó.
“Las personas y los pueblos exigen que se pongan en práctica la justicia, no solo la legal, sino la distributiva”, afirmó tras reiterar que “la primera preocupación debe ser la persona misma, aquellos que carecen de alimento diario y luchan sólo por la supervivencia”.
Para el primer papa de América Latina, que proviene de uno de los mayores países agrícolas de la región, “ninguna forma de presión política o económica que se sirva de la disponibilidad de alimentos puede ser aceptable”, dijo.
Ante los representantes de más de 170 países, el papa habló de los retos que enfrenta la sociedad moderna: la defensa del planeta y la falta de solidaridad.

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