AFP
2014-10-21
Pretoria— El atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistorius fue condenado ayer a cinco años de prisión por matar a tiros en febrero de 2013 a su novia, Reeva Steenkamp.
El acusado fue “condenado a una pena máxima de cinco años de cárcel”, dictaminó la juez Thokozile Masipa, que en septiembre declaró al atleta culpable de homicidio involuntario.
Pistorius también fue condenado a tres años de cárcel en suspenso por dos incidentes anteriores a la muerte de su pareja, en los que utilizó un arma de fuego en público.
Al oír la sentencia, el atleta de 27 años, que vomitó y lloró en varias ocasiones durante el juicio, permaneció totalmente inmóvil en el banquillo de los acusados, con las venas marcadas en la frente y la mandíbula contraída.
Al terminar la audiencia, fue conducido a la cárcel de Kgosi Mampuru, en Pretoria, en la que se encontraba ayer desde poco antes de las 13 horas.
Allí durmió anoche, uno de los 7 mil prisioneros de ese establecimiento carcelario de siniestra memoria, donde el régimen del apartheid, desaparecido en 1994, amontonaba los presos políticos, en condiciones de detención particularmente brutales.
Tras la condena, el Comité Paralímpico Internacional (CPI) declaró que el atleta no podrá participar en los Juegos Paralímpicos de Rio 2016, incluso si sale antes de la cárcel.
“No podrá participar en ninguna competición durante cinco años, es decir durante la integridad de la pena a la que ha sido condenado, incluso si es puesto en libertad antes”, indicó a la AFP el portavoz del CPI, Craig Spence.
Tras la sentencia, la familia de la víctima expresó su satisfacción. “Sí, estoy muy contento”, declaró Barry Steenkamp, el padre de Reeva.
“Aceptamos la sentencia. Oscar aprovechará esta oportunidad para pagar su deuda a la sociedad”, declaró, por su parte, el tío del atleta, Arnold Pistorius.
Pistorius fue condenado por matar en su casa de Pretoria a su novia, a la que le pegó cuatro tiros a través de la puerta del cuarto de baño, en el que ésta estaba encerrada.
El atleta defendió durante todo el proceso, de siete meses de duración, que creía que en el baño había un ladrón. (AFP)