New York Times
2014-09-08
Washington — El gobierno de Obama está preparándose para llevar a cabo una campaña contra el Estado Islámico de Irak y Siria cuya implementación podría tardar tres años, requiriendo un esfuerzo sostenido que podría prolongarse hasta después de que el presidente Obama abandone el cargo, según funcionarios de alto nivel del Ejecutivo.
La primera fase, una campaña aérea con casi 145 ataques lanzados el mes pasado, ya se encuentra en marcha con el fin de proteger a las minorías étnicas y religiosas y al personal diplomático, militar y de inteligencia estadounidense, así como sus instalaciones, y empezar a reducir lo ganado por el EIIS en el norte y el poniente de Irak.
Se espera que la siguiente etapa, la cual comenzaría en algún momento después de que Irak forme un gobierno más inclusivo, algo programado para esta semana, incluya un intenso esfuerzo por capacitar, asesorar o equipar a los militares iraquíes, los combatientes curdos y probablemente a integrantes de las tribus sunitas.
La fase final, más difícil y más políticamente polémica del operativo —la destrucción del ejército terrorista y su refugio en el interior de Siria— quizá se complete hasta el siguiente gobierno. De hecho, algunos planificadores del Pentágono prevén una campaña militar con un mínimo de 36 meses de duración.
Este miércoles Obama se dirigirá mediante discurso al país explicando las razones del lanzamiento de esta ofensiva que Estados Unidos encabeza contra los militantes sunitas que están avanzando en Medio Oriente, intentando reunir apoyo para un amplia misión militar al tiempo de asegurar al público no estar lanzando a las fuerzas militares a otra guerra en Irak.
“Lo que quiero que la gente comprenda”, dijo Obama en entrevista transmitida el domingo en el programa “Meet the Press” de NBC, “es que en el transcurso de los meses, vamos a ser capaces no sólo de detener el impulso” de los militantes. “Vamos a disminuir sistemáticamente el nivel de su capacidad; vamos a contraer el territorio que controlan; y, finalmente, vamos a derrotarlos”, añadió.
La campaña militar que Obama está preparando no cuenta con precedente obvio. A diferencia de las operaciones de contraterrorismo efectuadas en Yemen y Pakistán, no se espera que se limite a ataques con aviones robot contra líderes militares. A diferencia de la guerra en Afganistán, no incluirá el uso de tropas de tierra, lo cual Obama ha descartado.