Internacional

Lava el Papa los pies a 12 personas con discapacidad

AFP

2014-04-17

Roma– El papa Francisco cumplió ayer, Jueves Santo, con el ritual del lavado de pies a 12 discapacitados, entre ellos un libio musulmán, en una ceremonia celebrada en una iglesia de un barrio periférico de Roma.
El pontífice, que tuvo muchas dificultades para arrodillarse y levantarse del cojín blanco en el que se apoyaba, vertió agua, secó y luego besó los pies de cada uno de los escogidos.
Francisco, que en ocasiones parecía agotado, fue ayudado siempre por dos asistentes, entre ellos el encargado de las ceremonias, monseñor Guido Marini.
“La herencia que Jesús nos dejó es la de ser servidores, unos a los otros”, dijo Francisco.
“Lavar los pies es un gesto simbólico, porque eran los esclavos, los siervos, los encargados de lavar los pies a los invitados, porque en esa época las carreteras eran de tierra y cuando se llegaba a una casa era necesario lavarse los pies”, explicó.
Los doce discapacitados, de distinta edad y nacionalidad, de entre 16 a 86 años, sufren de enfermedades degenerativas, patologías que los inmovilizan o problemas ortopédicos, oncológicos o neurológicos.
Entre ellos figura un inmigrante africano que quedó paralítico el año pasado tras lanzarse durante las vacaciones para un baño de mar, una señora de 51 años que a los dos años sufrió encefalitis, un anciano que no se puede mover por un accidente de automóvil y un retrasado mental.
Varios de ellos residen en el centro religioso debido a sus condiciones de salud.
La ceremonia del Jueves Santo conmemora la última cena de Jesús con los 12 apóstoles antes de ser arrestado y condenado a muerte.

Que trasmitan alegría

El papa Francisco pidió ayer a los sacerdotes católicos de todo el mundo que transmitan “alegría” a su alrededor y conviertan a la iglesia en una “casa de puertas abiertas”.
“La disponibilidad del sacerdote hace que la iglesia sea una casa de puertas abiertas, refugio de los pecadores, hogar para los que viven en la calle, casa de auxilio para los enfermos, camping para los jóvenes”, dijo el papa.
Durante la celebración en la basílica de San Pedro de la llamada misa crismal que se celebra cada jueves santo, tres días antes de Pascua, Francisco dijo a los sacerdotes que sólo pueden conservar su “alegría” si no se encierran en sí mismos y reciben la ayuda del pueblo y los fieles.
Esta alegría está vigilada, según el papa, por tres “hermanas”, “sor pobreza, sor fidelidad y sor obediencia”.
Las palabras del papa en esta misa están consideradas tradicionalmente como las consignas del Vaticano a sus sacerdotes en todo el mundo.
Frente a miles de sacerdotes y un centenar de obispos y cardenales, el papa argentino confesó haber vivido en su vida sacerdotal “momentos de tristeza, cuando todo parece oscurecerse y el vértigo del aislamiento nos seduce”.

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