Internacional

Implementan clubes de mariguana en Uruguay

Reforma

2014-04-10

Montevideo— Contadora pública y madre de tres hijos, Laura Blanco, de 48 años, es la gran impulsora de los clubes de mariguana en Uruguay.

Desde que fue aprobada la legislación de la mariguana en diciembre, impulsada por el Presidente José Mujica, ha recibido a más de 600 personas interesadas en formar parte de estos clubes.

La nueva legislación uruguaya, que se reglamenta hoy, permitirá que los ciudadanos mayores de edad, previo registro, cultiven en sus casas hasta seis plantas de cannabis, puedan comprar hasta 40 gramos por mes en las farmacias, o se inscriban en clubes de membresía de entre 15 y 45 socios para compartir hasta 99 plantas.

Blanco es presidenta de la Asociación de Estudios del Cannabis del Uruguay (AECU), que en pasado mes de abril formó con 200 personas el primer club de mariguana clandestino experimental.

¿Cómo funcionó su club hasta ahora?
Pusimos como requisito que antes de poder acceder a la mariguana el socio debían tener dos meses como miembro del club y recibir toda la información sobre la sustancia.

Una de las cosas fundamentales nos pareció que era que las personas que están a cargo del club conozcan a las personas que lo integran.

Los miembros no pueden ser meros clientes, esa es la diferencia con las farmacias.

El miembro de un club tiene que participar no sólo de las decisiones del club sino también en la actividad social, en el aporte, tiene que ser conocido por los demás, no una persona que se registra y sólo viene una vez al mes a retirar su mariguana.

Los clubes deben incentivar la buena información, enseñar sobre los métodos de usos más sanos, y los riesgos médicos que puede tener con algunas enfermedades (arritmia cardíaca, esquizofrenia, etc).

¿Cuál es el perfil de los miembros del club?

La mayoría son hombres, aunque hay muchas mujeres, varias madres que cultivan para sus hijos porque prefieren que la planta y el nene estén en casa y no en la calle consiguiendo mariguana.

Para ser socio es requisito ser mayor de edad y creo que el más grande tiene 75 años. Hay muchos socios mayores de 60 años.

La prensa siempre asocia a la mariguana con los jóvenes, pero hay muchos consumidores de tercera edad.

Tenemos que desestigmatizar al usuario, hay padres de familia, gente trabajadora que paga sus impuestos y tiene responsabilidades.

¿Cómo se siente con que Uruguay sea el primer país del mundo en intentar una alternativa a la guerra al narcotráfico?

Los cannabáceos uruguayos nos sentimos muy orgullosos.

Nunca se había hablado tanto de Uruguay. También representa un compromiso y una responsabilidad.

Lo que yo más destaco es que Uruguay legalizó primero el cannabis recreativo y no hicimos una chicana como otros países que reconocen su uso medicinal y luego todos los usuarios recreativos se inventaron un dolor de espalda o un problema de insomnio para obtener una licencia y comprar cannabis medicinal.

¿Puede la experiencia uruguaya servirle de ejemplo a un país como México, que sufre la violencia del narcotráfico de una forma muy fuerte?

El modelo uruguayo no es trasladable.

En México hay un gran violencia que tiene sus raíces en la pobreza.

A diferencia de Uruguay, allá tienen mafias con un poder muy grande y con un nivel de violencia terrible. Y encima están al lado del gigantesco mercado de Estados Unidos, lo que vuelve todo mucho más complejo.

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