Internacional

Revelan ‘voraz sexualidad’ de Kennedy

Daily Onmail

2013-10-20

Londres— Cincuenta años después del asesinato de John F. Kennedy, una autora británica retoma la “voraz sexualidad” que caracterizó al ex presidente John F. Kennedy y de la cual, su esposa, Jacqueline hizo como si no supiera nada, mostrándose ante el mundo como un ícono de fortaleza y dignidad, antes y después de que quedara viuda.
Días después de la muerte de Kennedy en Dallas, la gracia y la dignidad de su viuda Jackie la caracterizó ante los ojos de millones de personas en todo el mundo. En el funeral de JFK, en donde apareció tomando de la mano a sus dos pequeños hijos, se convirtió en un ícono y hasta que murió cargó con los sueños y expectativas de millones de extraños.
Para conmemorar el quincuagésimo aniversario del asesinato de Kennedy, la autora británica Sarah Bradford actualizó su aclamada biografía de Jacqueline Kennedy que arroja una nueva luz sobre su compleja relación con la “voraz sexualidad” de JFK y su irascible mirada hacia las principales figuras mundiales con las que convivió.
El nacimiento de los hijos de JFK despertó un fuerte sentimiento paternal en él, pero no podía dejar a un lado sus hábitos sexuales, ni tampoco se sintió culpable de ellos.
Como le dijo Lee Radziwill, la hermana de Jackie, a Cecil Beaton en junio de 1968: “Jack acostumbraba a andar por allí, yo sabía exactamente lo que él estaba haciendo y se lo decía”. Pero él no se sentía culpable de nada.
“La amo profundamente y he hecho todo por ella. No tengo remordimientos de dejarla a un lado porque la he antepuesto en todo”, decía.
Jack pensó que la Presidencia limitaría sus aventuras sexuales, pero estar en el poder máximo significaba que virtualmente podría tener cualquier mujer que quisiera y las frecuentes ausencias de Jackie le brindaron muchas oportunidades.
Le llevaban chicas al presidente y él decía “Me quedo con ésa”. La gente pensaba que a Jackie no le importaban las infidelidades de Jack porque ella no mostraba señales de ello.
De hecho, los notorios retozos del presidente en la piscina con dos secretarias conocidas ‘Fiddle’ y ‘Faddle’ no le preocupaban, pero sí le importaba cuando él se acostaba con sus amigas y mujeres de su círculo social.

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