Agencias
2013-08-09
Londres— Cerys Cooksammy-Parnell, de Northampton, tiene sólo 11 años pero cuenta con un coeficiente intelectual superior al del grandioso Albert Einsten e incluso al del científico Stephen Hawking, ambos de 160.
El coeficiente intelectual, abreviado CI (en inglés Intelligence quotient, IQ) es una puntuación, resultado de alguno de los tests estandarizados diseñados para medir la inteligencia.
La menor se sometió al examen Mensa que mide el coeficiente in-telectual, en el que consiguió una puntuación de 162 en la escala Catell B, muy por encima de la de su padre, quien tiene un coeficiente intelectual de 142 y superior a la de los genios Einsten y Hawking. Ella obtuvo la máxima calificación en la prueba.
Dean, el padre de esta niña prodigio británica, ya forma parte del club Mensa, que agrupa a personas con un coeficiente “de élite”. La propia asociación en Reino Unido ha invitado a Cerys a unirse a los 21 mil miembros que componen la comunidad y de los que mil 300 son niños.
Cerys tomó esa prueba supervisada junto con su padre Dean, de 45 años, quien ya es miembro del club de la inteligencia élite, teniendo un cociente intelectual de 142.
Su padre, quien es abogado, salió de la prueba pensando que Cerys no la había aprobado debido a la celeridad con la que la concluyó.
“Siempre bromeo y le digo ‘no eres tan inteligente como yo’”, comentó el señor Cooksammy Parnell.
Sin embargo, ella se burló de que él fuera el último en terminar cada sección en el salón de pruebas.
Aunque la estudiante del sexto año de primaria quedó complacida con su calificación, le gustó más haber derrotado a su papá.
“Cuando hice mi solicitud para tomar la prueba Mensa, él me dijo: ‘yo ya me inscribí en Mensa, Cerys’, él se comportó un tanto presuntuoso, así que estuvo bien que lo haya derrotado”, dijo.
Aunque dijo que le gustaría hacer una carrera como Primer Ministro o tener un empleo en la banca, rechazó cualquier comparación con Einstein o Stephen Hawking.
“Ustedes no pueden compararme con Einstein porque él logró muchas cosas, no pueden juzgar a alguien en cuanto a su potencial”, enfatizó.
Al descubrir este don, sus padres están considerando actualmente si deben dejarla continuar viviendo una vida normal o “impulsarla intelectualmente”.
“Yo esperaba que su cociente intelectual fuera de más de 145, no había duda en eso, pero haber obtenido el máximo fue una sorpresa. Realmente estamos emocionados y orgullosos de ella”, agregó el Sr. Cooksammy Parnell.
“Cuando sea mayor quizás tenga unas conversaciones más intelectuales, acordes a mi coeficiente intelectual, pero hasta entonces me centraré en la moda, en divertirme y sacar buenas notas”, señala Cerys. (Agencias)