Internacional

Decepción en el mundo tras primera fumata negra

AFP

2013-03-12

Ciudad del Vaticano— La primera jornada del Cónclave histórico para elegir al sucesor del Papa Benedicto XVI terminó con un espeso humo negro en la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo la falta de resultados en la primera votación de los cardenales.
Los miles de fieles, turistas y curiosos que, 'armados' de paraguas, se congregaron en la plaza a última hora de la tarde de ayer bajo una persistente lluvia para asistir a este momento excepcional, recibieron con exclamaciones de decepción la fumata, cuyo color no dio pie esta vez a ninguna duda.
“¡Es negro, es negro, es muuuy negro!”, gritó Eliza Nagle, de 21 años, quien estudia Teología en la Universidad de Notre Dame y se encuentra en Roma como parte de un programa de intercambio, mientras el humo salía de la chimenea de cobre de 1.8 metros de altura.
“Estoy decepcionada pero aún así fue una sensación increíble tener una señal de lo que pasa en el secreto del Cónclave”, dijo la hermana Barbara, una monja de Nueva York.
Los 115 cardenales electores de 51 países de los cinco continentes volverán a votar hoy miércoles, dos veces por la mañana y otras dos por la tarde, si no alcanzan un resultado antes.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, había advertido el lunes que el resultado de la primera votación iba a ser probablemente negativo.
Desde las primeras horas de la mañana la plaza se fue llenando progresivamente, primero con largas colas para asistir en la Basílica de San Pedro donde los cardenales celebraron la misa “Pro Eligendo Pontífice” previa al Cónclave.
“Ojalá elijan un Papa con mucha fuerza, sabiduría, mucha coherencia ¡Y que resuelva los escándalos de Vatileaks!”, explicó Verónica Herrera, una mexicana, de 30 años, que viajó con su marido y su hijo para ver de cerca al futuro líder de la Iglesia Católica.
Por la tarde los cardenales se aislaron en la Capilla Sixtina, bajo los magníficos frescos de Miguel Ángel, para elegir al sucesor de Benedicto XVI, en una de las elecciones más rituales y secretas del mundo.
Poco después dos feministas del movimiento Femen llevaron a cabo una acción de protesta cerca de San Pedro con los senos desnudos y lanzando una bengala de humo rosado, aunque fueron rápidamente detenidas por la Policía.

Ciudad del Vaticano— En ausencia de un favorito claro, se barajan una decena de nombres de cardenales, todos ellos conservadores, como el italiano Angelo Scola o el brasileño Odilo Scherer, considerado el candidato de la curia y que podría convertirse en el primer Papa de América.
En la Capilla Sixtina, vestidos con sus paramentos rojos y el birrete cardenalicio, los “príncipes de la Iglesia” juraron guardar, so pena de excomunión, silencio sobre todo de lo que todo lo que ocurra en su interior.
La duración del Cónclave es incierta, aunque si la historia del último siglo sirve de referencia, no debería prolongarse más de cinco días.
La única indicación que se tendrá fuera de lo que ocurre dentro del Cónclave será el humo que desprenda la chimenea de cobre situada a la derecha de la basílica de San Pedro, donde suelen congregarse tradicionalmente numerosos fieles.
Cuando un candidato alcance los 77 votos necesarios para ser elegido y acepte asumir la responsabilidad, el humo será blanco y estará acompañado por el repique de las campanas de San Pedro.
El nuevo pontífice elegirá entonces el nombre con el cual quiere gobernar y vestirá por primera vez la sotana blanca, para ser presentado a Roma y al mundo y pronunciar su primer mensaje “urbi et orbi” desde el balcón del Palacio Apostólico.
El ritual se inició en la basílica de San Pedro con la misa “Pro eligendo Pontifice” en la que el decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, hizo un llamamiento a la “unidad” de los católicos en un momento crucial para la Iglesia.
En su homilía, Sodano exhortó a los cardenales a “cooperar con el sucesor de Pedro”, en presencia de miles de fieles y autoridades.
“Los exhorto a comportarse de manera digna, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, tolerándose recíprocamente con amor, tratando de conservar la unidad del espíritu a través del vínculo de la paz”, agregó Sodano, citando la Carta a los Efesios del apóstol Pablo.
El influyente cardenal, que no participa en el Cónclave por haber superado la edad límite de 80 años, desencadenó una atronadora ovación entre los presentes al rendir homenaje al “luminoso pontificado” del ahora emérito Benedicto XVI, que el 28 de febrero renunció a su pontificado, tras anunciar pocos días antes su inesperada decisión.
Tras la misa, un torrente de sacerdotes y de monjas salieron sonrientes de la Basílica. También se vieron algunos fieles de rodillas, rezando en silencio, rodeados por curiosos y cámaras de televisión.
“Estamos rezando sin interrupción, día y noche, pidiendo a la gente que venga a apoyar a los cardenales en su plegarias”, explicó el francés Fabien Lambert, vicario de la iglesia San Lorenzo in Piscibus, en el centro de Roma.

Los retos
Sea quien fuera su sucesor, el nuevo Papa deberá hacer frente a importantes retos, empezando por la situación inédita de vivir a escasos metros del ahora papa emérito Benedicto XVI, que alegó “falta de fuerzas” para seguir cumpliendo con su misión.
También tendrá que llevar a cabo reformas después de los escándalos que estallaron durante el último pontificado, como el de los abusos sexuales a menores o “VatiLeaks”, la filtración de documentos confidenciales del pontífice que reveló una trama de abuso de poder en la Curia Romana, el gobierno central del Vaticano.
A estos problemas, se suma una pérdida de influencia de la Iglesia debido a la disminución de fieles y a las críticas de una parte de los católicos por hacer oídos sordos a los pedidos de cambios del mundo moderno en temas como el papel de la mujer en la Iglesia y la sexualidad.
Todos los cardenales, incluso los más ancianos, dedicaron la última semana a examinar la situación de la Iglesia y esbozar el perfil del próximo líder de los mil 200 millones católicos bautizados del mundo.
Mañana miércoles, en el segundo día del Cónclave, todos los ojos estarán puestos de nuevo en el color del humo de la chimenea de la Capilla Sixtina, con la esperanza de oír por fin el “Habemus Papam”. (AFP)

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