Internacional

Encabezó un movimiento nacionalista contra EU

The New York Times

2013-03-05

Caracas— Hugo Chávez, quien logró salir de la pobreza después de vivir en una casa de adobe con piso de tierra y de convertirse en una influencia sin igual en Venezuela como presidente, consolidando el poder y utilizando las reservas petroleras de su país como una herramienta para llevar a cabo un cambio inspirado en el Socialismo, murió este martes a la edad de 58 años, según informó el vicepresidente Nicolás Maduro.

Maduro reveló que Chávez falleció en un hospital militar en Caracas, en donde estaba siendo atendido de unas complicaciones que surgieron de su larga batalla contra el cáncer.

Contando con el don de la oratoria, Chávez encabezó un movimiento nacionalista que estaba en contra del gobierno de Estados Unidos.

Era un soñador con un don de gentes y una enorme ambición. Mantuvo una conexión casi visceral con los pobres, escuchó sus resentimientos, mientras se jactaba de ser el hombre fuerte como en una novela de caudillos. Sus seguidores lo llamaban “comandante”.

Creció en la pobreza en un país rico en petróleo que gustaba del consumo ostentoso. Fue un hombre que tuvo una mezcla ancestral —africana, indígena y española— que despreciaba a la estructura del poder dominada por las elites europeas.

Cuando era soldado odiaba combatir a las guerrillas, pero no tenía escrúpulos en usar las armas para hacerse del poder, él y un grupo de conspiradores militares trataron de hacerlo en 1992 pero fallaron. Aún así, logró llegar al poder en las elecciones democráticas de 1998.

Cuando asumió el puesto, echó abajo una orden política doméstica y utilizó los ingresos del petróleo para financiar a sus clientes, países de Latinoamérica, especialmente a Bolivia y Nicaragua.  Inspirado en Simón Bolívar, el voluble aristócrata venezolano que encabezó las guerras de independencia de Sudamérica en el siglo 19, Chávez trató de unir la región y erosionar la influencia de Washington.

“Las pretensiones hegemónicas del imperio americano están poniendo en riesgo la supervivencia de la especie humana”, dijo en un discurso que pronunció ante las Naciones Unidas en el 2006.  En el mismo discurso catalogó al presidente George W. Bush como “el demonio”.
 

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