Salud Ochoa
El Diario de Chihuahua
Témoris, municipio de Guazaparés.- Los cuerpos de Miguel Ángel y Leobardo fueron velados ayer en casa de sus familiares en el poblado de Témoris, de donde ambos eran originarios. Decenas de personas se dieron cita en los domicilios de los jóvenes, uno en Témoris y otro en la ranchería denominada Guajipa, ubicada a unos kilómetros del lugar.
El patio de la casa de Leobardo recibió un ataúd azul con su cuerpo, que a decir de sus allegados, presentaba múltiples lesiones por lo que se decidió que la caja permaneciera cerrada.
Su madre, informó que él era su tercer hijo y tenía 10 años trabajando en la mina, por lo que espera que la empresa no desampare a las dos niñas, de nueve y un año y medio de edad.
“A lo mejor no hay cuidados, por eso se hundió ese pedazo de la mina. Sí ha habido accidentes fatales, por lo que les pedimos que pongan más atención para que no sigan ocurriendo estas cosas”.
Por su parte, Cristina Pérez, madre de Miguel Ángel, señaló que fue por terceras personas como se enteró que había un desperfecto en el lugar, donde su hijo estaba trabajando y que por eso ocurrió el evento fatal.
“Si había ese desperfecto, ¿por qué les dieron la entrada, sí sabían que había un peligro?” cuestionó.
“Me duele que no haya una seguridad adecuada para que no pasen esos accidentes mortales. Él era mi único hijo varón y deja a dos hijos, uno de tres años y otro de cinco meses de edad”.
Conflicto con la mina va para largo
El conflicto existente entre la mina de Palmarejo y los ejidatarios de Guazapares persiste, ya que hasta el momento no se ha llegado a ningún acuerdo conveniente para ambas partes, confirmaron ayer viernes los ejidatarios, luego de sostener una reunión con la contraparte.
Dijeron que la empresa no ha querido ceder a ninguna de sus peticiones, por lo que analizan qué tipo de medidas tomarán en los próximos días en busca de encontrar una solución.