Estado

Buscan madres pistas de sus hijos en el Valle

Luz del Carmen Sosa
El Diario de Juárez

2018-07-21

Dr. Porfirio Parra, Chih.— El grito de las madres en busca de sus hijos estremeció la quietud del pueblo fronterizo, casi fantasmal, y que es conocido como Caseta.
“Dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están”, gritaba el grupo de 20 personas que ayer salió de Juárez desde las 6 de la mañana para recorrer las comunidades de El Porvenir, Praxedis G. Guerrero, Doctor Porfirio Parra, Jesús Carranza “La Colorada”, San Agustín y El Sauzal.
La esperanza de las familias de 11 hombres ausentes es encontrar un dato, por mínimo que sea, que devele el paradero de sus seres queridos.
“Los buscamos con vida, pero si eso ya no se puede, si ya nos los quitaron, queremos saber dónde están sus restos y darles cristiana sepultara, tener una tumba a dónde irles a llorar”, dice Panchito, uno de los integrantes del Colectivo Familias Unidas por la Verdad y la Justicia.
Valentín Alanís Quintanilla, como se llama Panchito, es quien acompaña a las mujeres y alzaba la voz lanzando la consigna “De norte a sur, de este a este, buscaremos a nuestros hijos cueste lo que cueste”. 
Hombres y mujeres cargaban la manta en la que plasmaron los rostros de los 10 hombres privados de la libertad ilegalmente del 2011 al 2017 en Juárez, Puerto Palomas, Guadalupe, El Tule, Zacatecas y Cuauhtémoc.
Bajo un sol abrasador las familias caminaron sobre la avenida Cruz Rey, donde observaron rastros hemáticos sobre el pavimento, sin que nadie pudiera dar razón del origen de la sangre esparcida sobre un largo tramo.
Durante el recorrido un grupo de hombres, algunos con indicios de estado etílico antes del mediodía, elevó su puño en un gesto de solidaridad con las madres y padres que por primera vez recorrían la zona rural del Valle de Juárez en busca de sus hijos.  
Tras recorrer la calle principal, el grupo se disolvió para colocar en los postes, bardas y paredes de casas abandonadas las 150 pesquisas que acordaron pegar en cada uno de los seis poblados que recorrieron.
Varias mujeres pasaron por la glorieta que comunica la calle Doctor Porfirio Parra y Cruz Rey, donde años atrás fueron colocadas dos cabezas humanas con un mensaje dirigido a uno de los grupos delictivos que aterrorizó al Valle.
Algunas de las mujeres confiaron que visitaban por primera vez el pueblo de Caseta y se mostraron sorprendidas ante el abandono de la comunidad fronteriza y la ausencia de vecinos.
Mientras la que escribe este texto tomaba algunas fotografías, un hombre se acercó y preguntó qué querían esas mujeres que pegaban pesquisas en los postes.
“Buscan a sus hijos, varios de ellos desaparecieron en esta zona”, se le respondió.
El vecino suspiró. Con pesar compartió que años atrás, su propio hijo, de quien se reservó el nombre, también desapareció.
“A mi hijo me lo regresó el ingeniero, ¿lo recuerda?”. Así le decían a Gabino Salas Valenciano.
El presunto cabecilla del Cártel de Sinaloa fue abatido en el 2013 por el entonces secretario de Seguridad Pública de Ciudad Juárez, Julián Leyzaola Pérez, en una intervención que fue motivo de investigación por lo ilegal de la actuación del jefe policiaco que ocurrió fuera de su jurisdicción y con apoyo de militares. Hasta ahora las autoridades no han avanzado en la indagatoria.
“Yo lo busqué a él y personalmente le pedí el favor de que me ayudara para que me regresaran a mi hijo. Los que se lo llevaron lo habían hasta enterrado y él lo mandó buscar y me lo encontró”, recordó el padre.
A su hijo lo inhumaron en una fosa clandestina que fue abierta por instrucciones de Salas Valenciano. El padre de familia dice que a él sólo le dijeron el sitio al que se tenía que acercar para recoger el cadáver.
“Me habló y me dijo dónde estaba… luego pasamos por él”, narró el entrevistado.
El padre confió que el responsable del asesinato de su hijo fue Óscar Eduardo Vargas Romo alias ‘El Negro’, detenido en Hermosillo, Sonora, quien era subordinado de Gabino Salas Valenciano.
Ambos delincuentes se conocieron en Durango y cuando “El Ingeniero” asumió el liderazgo del Cártel de Sinaloa en la zona del Valle, tenía bajo sus órdenes a “El Negro” y a “Papacho”, Mauricio Luna Aguilar.
Vargas Romo dirigía una célula del Cártel de Sinaloa que mantenía atemorizados a los pobladores del Valle de Juárez, según las investigaciones realizadas años atrás.
“Aquí todo cambió, la violencia fue terrible y parece que no termina, dijo el padre de familia, al señalar la gasolinera, un Del Río, consultorios, farmacias y hasta la comandancia de Policía cerrados de manera permanente.
El padre de familia dijo que apenas el sábado pasado fueron asesinados dos adolescentes de 15 y 16 años; de inmediato corrió la versión de posibles nuevos enfrentamientos entre los supuestos grupos delictivos en pugna.
Tras compartir el dolor por la pérdida de su hijo, el vecino de Caseta mostró empatía con las mujeres que veía caminar con sus rollos de cinta adhesiva en una mano y las fotocopias en la otra.
“Ojalá que los encuentren”, comentó el hombre.
Prevalece el miedo.
En el Porvenir, situado a casi 100 kilómetros al oriente de Ciudad Juárez, tal vez por la hora o por ser día de asueto, las calles se observaron solitarias.
A la orilla de la plaza principal se observó estacionado el camión de la Línea 5B con el número económico 942.
La unidad de transporte público arrendada con los recursos del colectivo fue escoltada por los elementos de la Comisión Estatal de Seguridad, que se limitaron a permanecer en el vehículo oficial.
Ninguno de los elementos descendió del vehículo para verificar que las decenas de propiedades abandonadas no implicaran un riesgo para las madres de familia.
En esta comunidad se observó a Ofelia Posadas Zamarrón y su hija mientas colocaban las pesquisas de Ángel Eduardo de la Rosa Posada, desparecido en noviembre de 2014, en Praxedis G. Guerrero, conocido como San Nacho.
“A él lo desaparecieron, venía a una fiesta y se lo llevaron”, recordó la entrevistada.
Ella se unió al colectivo conformado por hombres y mujeres que comparten el mismo dolor por la ausencia de un hijo y pidió acudir a los poblados del Valle para colocar las pesquisas en las comunidades donde Ángel Eduardo fue visto por última vez.
“Yo quiero encontrar a mi hijo, si está con vida qué bueno, si no pues quiero darle cristiana sepultura a mi hijo, primeramente Dios que es quien nos ilumina”, agregó.
Varias de las familias con hijos desaparecidos han recibido amenazas, sin embargo, nada ha impedido que las madres salgan a las calles de otras comunidades a colocar las pesquisas.
En esta ocasión fueron 150 por cada uno de los seis pueblos recorridos.

El número de la esperanza

Al llegar a Praxedis G. Guerrero poco después de las 10 de la mañana, ya se observaba mayor actividad. Al enterarse del motivo de la presencia del grupo de hombres y mujeres colocando pesquisas para buscar a sus hijos ausentes, un padre se acercó a varias de las madres para pedir información del colectivo.
Se enteró que buscan a 15 hombres por los municipios fronterizos al norte del estado y que en cada pesquisa dejan el número telefónico (656) 550-8288 para recibir cualquier información. Y él también tiene a un hijo que fue privado de su libertad en años anteriores.

Desaparecidos

• Adrián Favela Márquez

• Adriel Alonso Ávila Barrios

• César Gonzalo Durán 

• César Ávila López

• Daniel Armando Guzmán Ramos

• Erick Aguirre Balbuena

• Erick Cuenca Mora

• Jacobo Orozco García

• José Antonio Chaparro Ledezma

• Ángel Eduardo de la Rosa Posada

Sequence 01 from El Diario de Juárez on Vimeo.

pesquizas en el valle- from El Diario de Juárez on Vimeo.

 

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