Estado

Perito chihuahuense apoya tras erupción en Guatemala

Salud Ochoa/
El Diario

2018-07-09

Chihuahua— Las explosiones y columnas de ceniza alcanzaron los 10 mil metros de altura y la lava fluyó quemándolo todo a su paso. Él no estuvo allí en el instante en que el volcán hizo erupción, pero sí después, cuando los restos de una tragedia como ésa, se recogen y es necesario identificar a quienes pierden la vida.
Héctor Manuel Jácome Hernández, perito odontólogo de la Fiscalía General de Chihuahua, formó parte del equipo de especialistas que participaron en la identificación de cadáveres en Guatemala, luego de que el Volcán de Fuego hiciera erupción la tarde del domingo 3 de junio.
En entrevista con El Diario, el especialista habló de los sentimientos encontrados que su presencia en el país centroamericano le generó, ya que por un lado fue enriquecedor profesionalmente, pero por otro muy difícil encontrarse con un desastre de tal magnitud.
“Era estremecedor ver que después de dos semanas de lo ocurrido, los cuerpos aún llegaban calientes, a una temperatura de 45 grados centígrados. Fue como si se hubieran cocinado al vapor”, indicó el experto, quien fue convocado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, para apoyar en el proceso de identificación de cadáveres.
“Fue una invitación a través de la Cruz Roja. Ellos están siempre presentes en sitios de desastre y conflictos armados, se acercan a dar asesoría a los servicios forenses para apoyar en la búsqueda de personas desaparecidas. Preguntaron al Instituto Forense de Guatemala en qué podían apoyar y ellos respondieron,que necesitaban odontólogos forenses. Cruz Roja me convocó y acudí a trabajar allá”.
De acuerdo con Jácome Hernández, quien desde hace una década labora en la Fiscalía, inicialmente sólo estaría una semana en Guatemala, pero las necesidades para la creación de archivos básicos de odontología con fines de investigación, le hicieron duplicar el tiempo de estancia y aunque le pedían que permaneciera un poco más, había trabajo pendiente al cual regresar.
“Estuve 15 días allá, en un Servicio Médico Forense temporal en el pueblo de Escuintla, Guatemala, ubicado a 30 kilómetros aproximadamente del sitio donde fue el desastre con el volcán”.
Allí, en un espacio improvisado por la emergencia, el especialista compartió pan, agua y conocimientos con otros expertos en diversas áreas para determinar quién era quién cuando los restos humanos y no humanos, llegaban.
“Estuve apoyando en el área de odontología en estimación de edad, a través de los dientes. Hubo decesos de muchos niños. Eran casos muy complejos para estimar edades, cuántos individuos había en una bolsita porque, en algunos casos, eran los restos que rescataban los antropólogos y prácticamente llegaban huesitos. Los cuerpos muy quemados, muy deteriorados”.
A pesar de eso y hasta el momento de su regreso, se logró la identificación del 50 por ciento de los casos ingresados, aunque éstos seguramente aumentaron.
“Hasta donde yo estuve iban alrededor de 200 casos de ingreso. No lo manejaban como individuos porque eso podría sumar o restar el número ya que ingresaban en un caso hasta tres individuos pero a veces, eran restos animales y esos no contaban. Por eso decidieron llamarle casos. Yo trabajé cerca de 65 casos y de los 200 ingresos, hasta el momento de mi partida, llevaban identificados el 50 por ciento”.

sochoa@diarioch.com.mx

 

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