Itzel Ramírez
El Diario de Juárez
Con el asesinato de dos activistas de El Barzón, la violencia política en el estado ha recrudecido, particularmente en el occidente de Chihuahua, donde, de acuerdo con autoridades, se libra una batalla por el control del tráfico de drogas.
Al asesinato de los barzonistas se suman el de la candidata perredista Liliana García el 6 de mayo, el del dirigente local del PES el mismo día, el del activista “Lucas el de Madera” el 16 de abril y el del tesorero de Ignacio Zaragoza, Guadalupe “Lupillo” Payán, en marzo.
Heraclio “Yaco” Rodríguez, dirigente de El Barzón, dijo que la situación de inseguridad es particularmente evidente en los lugares en los que el Gobierno estatal determinó sustituir a la Policía Municipal.
“Se ha intensificado el acoso, sobre todo en donde hay mando único. Se ponen a perseguirnos y el problema es que no sabemos si son policías o sicarios, traen las mismas trocas, hasta los uniformes”, dijo el dirigente y candidato de Morena a una diputación federal.
El activista consideró que el clima de inseguridad es más fuerte en Madera, Gómez Farías, Cuauhtémoc e Ignacio Zaragoza, todos municipios en los que la Policía Estatal adoptó el mando de las tareas de seguridad pública para someter a controles de confianza a las corporaciones policiacas municipales.
A más de un año de la sustitución de policías –ordenada en febrero de 2017–, han aumentado los homicidios, incluidos los de políticos y activistas.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, salvo el caso de Ramón Hernández Nevárez y Anselmo Hernández Andujo –los barzonistas asesinados–, en el resto de los homicidios está involucrado el crimen organizado. A pesar de este reconocimiento, la autoridad asegura que no hay avance en las líneas de investigación de estos homicidios.
“Todos esos asuntos tienen que ver con delincuencia organizada, todo lo indica, esas son las líneas de investigación, pero no tenemos detenidos en ninguno de esos casos”, aseguró Carlos Huerta, vocero de la FGE.
Uno de los elementos que respaldan tal aseveración, precisó, es que en la mayoría de los asesinatos se usaron armas AK-47, comúnmente utilizadas por el crimen organizado.
“A Payán le dispararon con un cuerno de chivo, también en Ignacio Zaragoza a la candidata y al resto de la gente, a Lucas también le dispararon con cuerno de chivo”, indicó.
INE trabaja ‘normal’
Pese al incremento de la violencia, autoridades electorales mantienen la percepción de que los asesinatos de políticos y activistas no han impactado en el desarrollo de la elección.
“No hay circunstancia especial. Se debe a que nosotros no somos la autoridad, no tenemos la inteligencia de seguridad. No hemos recibido solicitud de protocolo (de seguridad)”, dijo Alejandro de Jesús Scherman Leaño, vocal ejecutivo del INE en Chihuahua.
Cuestionado sobre si la falta de reportes de violencia ante el INE es una situación irregular, dados los asesinatos, el funcionario aseguró que al instituto no le corresponde el tema.
“Lamentamos profundamente estas circunstancias (los asesinatos), lo que podemos nosotros manifestar es la operación y por fortuna no hemos registrado incidencia alguna”, manifestó.
Al igual que Arturo Meraz, presidente del Instituto Estatal Electoral, Scherman afirmó que los asistentes y capacitadores electorales que recorren la entidad no han dado registro de eventos peligrosos.
Mientras algunos dirigentes partidistas aseguran que hay zonas del estado en donde no se puede hacer campaña, como el PRD en Ignacio Zaragoza, Gómez Farías o Madera, Scherman dijo que las agresiones más graves a personal electoral han sido mordidas de perros.
En días pasados, Meraz hizo la misma afirmación.